El jueves 11 de marzo de 2004 residía en Italia por motivos profesionales. Trabajaba en una organización multinacional. Recuerdo perfectamente que sobre las nueve de la mañana un compañero italiano vino a mi despacho a comunicarme que la CNN estaba informando que en Madrid habían tenido lugar varios atentados dentro de trenes repletos de personas que acudían a sus trabajos a primera hora de la mañana. Mi reacción instantánea fue la de indignación y la de proferir insultos contra ETA. Mi compañero me preguntó “¿estás seguro de que ha sido ETA?” Aquella pregunta me sorprendió, aunque con total seguridad le respondí “¿y quién si no va a ser?”
Me dirigí al lugar donde se encontraba la televisión para ver y escuchar lo que decía la CNN al tiempo que hacía unas llamadas a España para interesarme por lo que estaba sucediendo. Conforme pasaba la mañana, compañeros de otras nacionalidades en mi trabajo acudían a mi despacho para interesarse por las víctimas y a expresarme su solidaridad. Todos me hablaban de un atentado de terroristas ligados a Al Qaeda
Después de la comida teníamos una reunión diaria donde se trataban asuntos relacionados con nuestro trabajo, y en la que los expertos y responsable de cada área explicaban los planes diarios, las operaciones en curso y los detalles más importantes de la actualidad internacional que pudiera tener consecuencias para nuestro trabajo.
Por supuesto, el tema estrella del día fueron los terribles atentados de Madrid. Un compañero alemán fue el encargado de tratar en profundidad los ataques terroristas en España. Fue tajante y rotundo, en ningún momento mencionó a ETA como responsable de los atentados, cuya autoría atribuyó sin dudarlo a grupos relacionados con Al Qaeda. Ya durante toda la mañana otros compañeros me habían insistido en la misma idea, sin llegar a convencerme.
Muy avanzada la tarde, cuando llegué a mi casa comencé a ver y escuchar noticias de distintos canales internacionales, BBC, CNN, RAI, TV5 y otros, todos sin excepción daban la autoría de la masacre a terroristas relacionados con Al Qaeda. Acusación sostenida en días posteriores, cada vez con más fuerza.
Mientras tanto, a través de los medios de difusión españoles y de mis contactos telefónicos con España sentía la sensación de una norme confusión y un inmenso debate politizado, sobre todo, porque las elecciones generales se celebraban tres días después de los atentados. Muchos ciudadanos pudieron votar influenciados emocionalmente por estos terribles acontecimientos, como afirmaron repetidamente algunos miembros del gobierno y el propio presidente D. José María Aznar. No fue mi caso, como residente en el extranjero, voté once días antes de los atentados, concretamente el 28 de febrero del 2004.
He querido hacer esta expresión de vivencias personales de ese fatídico 11 de marzo de 2004 porque pueden servir de testimonio y de introducción para explicar unos de hechos han podido tener más influencia en la historia de de España más reciente. Los atentados de 11-M no fueron una casualidad, ni una improvisación, fueron el fruto de unas circunstancias nacionales e internacionales que provocaron que España se encontrará en el punto de mira del terrorismo internacional.
Las fuerzas de seguridad y la justicia española actuaron con diligencia deteniendo, juzgando y condenando a los culpables de la masacre. Ninguno de los acusados fue detenido más del tiempo necesario, tampoco fueron recluidos en cárceles especiales ni se les aplicó ningún tipo de tortura. No obstante las teorías conspiratorias, que sembraban dudas sobre los responsables de los atentados, nadie ha podido demostrar que los autores no fueran otros que los condenados con pruebas contundentes en juicio con todas las garantías de un Estado democrático de derecho.
Caben ciertas dudas de si el atentado se hubiera producido de no haber tenido España una participación tan significativa en el apoyo a la invasión de Irak. Eso entra dentro de la especulación y no es justo responsabilizar a nadie de lo que hacen unos terrorista por tomar decisiones políticas, por muy desacertadas o inoportunas que fueran. Pero lo cierto es que el 10 de diciembre de 2003, el Jeque Yousef al-Ayiri (ya fallecido, entonces jefe de Al Qaeda en Arabia Saudí) manifestó:
«[…] por ello decimos que, para forzar al gobierno español a retirarse de Irak, la resistencia debe proporcionar potentes golpes a sus fuerzas. Esto debe estar acompañado con una campaña de información declarando la verdad de los asuntos de Irak. Es necesario hacer el mayor uso de las próximas elecciones generales en España en marzo de 2004. Creemos que el gobierno español no toleraría más de dos golpes, máximo tres, después de los cuales tendría que retirarse debido a la presión popular. Si sus tropas aún permanecen en Irak después de estos atentados, entonces la victoria del partido Socialista es casi segura, y la retirada de las fuerzas españolas estará en su programa electoral[1].»
Y que el 13 de marzo de 2004, Abu Dujan al-Afghani, portavoz de Al Qaeda en Europa, asumía la autoría de los atentados del 11 de marzo en Madrid en un comunicado que decía:
«Declaramos nuestra responsabilidad por lo ocurrido en Madrid hace exactamente dos años y medio después de los ataques sobre Nueva York y Washington. Es una respuesta por su colaboración con el criminal Bush y sus aliados[2].»
El gobierno del señor Aznar tomó la decisión de apoyar al presidente de los Estados Unidos, George Bush, para invadir Irak, a pesar de que la opinión pública española no era favorable, incluso entre los electores del partido del Gobierno, aunque sí obtuvo la aprobación del Parlamento, donde disponía de mayoría absoluta.
Apoyo a la intervención en Irak (%)
Sin resolución de la ONU |
Con resolución de la ONU |
|
En contra |
89,8 |
77,5 |
A favor |
3,6 |
14,8 |
Ns/Nc |
6,6 |
7,7 |
Fuente: Encuesta GALLUP: «Intervención en Irak» (febrero de 2003).
En cambio, la opinión pública española aplaudió mayoritariamente la retirada de las tropas españolas de Irak.
Retirada de las tropas de Irak (%)
Muy de acuerdo |
48 |
De acuerdo |
30 |
En desacuerdo |
14 |
Muy en desacuerdo |
5 |
NS/NC |
3 |
Fuente: Barómetro Elcano. Mayo de 2004.
En las elecciones celebradas tres días después de la matanza, el 14 de marzo de 2004, el Partido Popular perdió las elecciones. El debate sobre las causas de esta derrota todavía perdura. Varías son las teorías al respecto. La primera y más simple, es el desgaste sufrido por ocho años de gobierno; la segunda, el castigo al Gobierno por su apoyo a la guerra de Irak; la tercera, el miedo a sufrir nuevos atentados a causa del alineamiento con Estados Unidos; y la última, la gestión de la crisis sobre los atentados en la que muchos españoles tuvieron la sensación de una manipulación informativa para ocultar la verdadera autoría de la masacre. Posiblemente, hubo un poco de cada una.
Han pasado diez años y ninguna de las excusas que se argumentaron para invadir Irak se han demostrado ciertas: no se encontraron armas de destrucción masiva, ni ligazón del terrorismo de Al Qaeda con el régimen de Sadam Hussein, ni se ha conseguido implantar un régimen democrático estable en Irak. Hay quienes sostienen que la legalidad internacional fue tan vulnerada con la invasión de Irak que los responsables de tal decisión deberían de ser juzgados por los tribunales internacionales competentes.
¿Han sido eficaces las intervenciones militares en Afganistán e Irak? A pesar de algunas voces triunfalistas, las invasiones militares de esos países no han conseguido el propósito que perseguían, los hechos son tan evidentes que pueden constatarse en cualquier medio de comunicación: la inestabilidad, el terrorismo, la falta de respeto a los derechos humanos y la pobreza siguen siendo una constante diaria. Las personas de esos países viven casi a diario su 11-M.
Los atentados del 11-M tienen lugar en un contexto mundial en el que estaban presentes las guerras de Afganistán e de Irak, continuaba sin solución el conflicto árabe-israelí y estaba muy presente los atentados del 11-S en Nueva York y Washington. Las relaciones entre musulmanes y occidentales parecían encaminarse hacia el “choque de civilizaciones”.
España se alineó con las tesis norteamericanas de invadir Irak y, seguramente por eso, paso a ser objetivo prioritario del terrorismo yihadista. Después de las elecciones del 14 de marzo de 2014, el nuevo gobierno se desmarcó del unilateralismo norteamericano, retiró las tropas de Irak y con su presidente José Luis Rodríguez Zapatero al frente propuso en las Naciones Unidas una forma de recuperar el entendimiento con el mundo musulmán a través de la Alianza de Civilizaciones.
Nota.- Sobre el uso del poder militar después del 11-S, las guerras de Afganistán e Irak, la eficacia de la “guerra al terror” y la Alianza de Civilizaciones, pueden encontrar información en otros trabajos publicados a continuación en este blog.
Todos estos artículos están más argumentados y documentados en mis libros: Del choque a la alianza de civilizaciones (Icaria, 2012) y Seguridad internacional. Del poder militar a la seguridad humana (Mira Editores, 2013)
Javier Jiménez Olmos
11 de marzo de 2014
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