El 25 de abril de 1973, parte de los militares del ejército portugués se rebelaron contra la dictadura de Salazar, que había ejercido el poder desde 1929. A este golpe de estado se le denominó “revolución de los claveles”, debido a que los soldados portugueses adornaron con esas flores los cañones de sus fusiles en señal de lo pacífico y democrático de sus intenciones para derrocar al dictador.
El 11 de septiembre de 1973, un militar acabó con la vida y con el régimen de un hombre elegido democráticamente por los chilenos(1). Menos de un año después, los militares portugueses acabaron con la penúltima dictadura de la Europa Occidental. Unos años antes, durante los sesenta, los militares griegos derrocaron la democracia griega y mantuvieron durante unos pocos años la llamada dictadura de los coroneles, por ser un grupo militares de este rango los que propiciaron el golpe de estado (2).
En España, perduraba la dictadura de un militar que también se sublevo contra una república novata, que intentaba alcanzar una democracia de la que ese país nunca había disfrutado (3). En el régimen franquista la dictadura de los coroneles griegos no fue condenada sino justificada; el golpe de los militares chilenos fue aplaudido y ensalzado, casi condecorado; el de los portugueses silenciado y desprestigiado, ante el temor de contagio.
Los pocos militares españoles que se atrevieron a pronunciarse a favor de la democracia sufrieron persecución, exclusión o expulsión de las fuerzas armadas, previo consejos de guerra en condiciones de indefensión. Tardaron muchos años en recobrar su prestigio, su rango militar y su reconocimiento por parte de la España oficial.
Los militares portugueses estaban hartos de una guerra colonial absurda que costaba enormes sacrificios a todo el país y que, como casi siempre, solo beneficiaba a unos pocos. Los jóvenes militares portugueses recogieron el sentimiento del pueblo y se rebelaron pacíficamente contra un régimen que oprimía y exprimía a una gran mayoría de los lusitanos. Los capitanes de las fuerzas armadas portuguesas acabaron, sin causar una sola víctima, con una dictadura que gozaba del apoyo de potencias occidentales, como la griega, la española o la chilena.
Hoy, Portugal, como Grecia y como España, son países democráticos porque sus ciudadanas y ciudadanos pueden elegir sus gobiernos a través de procesos electorales. Sin embargo, los tres países están en una situación económica crítica. A pesar de los esfuerzos a los que se les ha sometido, con imposiciones económicas de dudosa efectividad a la vista de los datos objetivos, pretenden continuar por la senda de la convivencia pacífica en democracia.
El 25 de abril de 1974, los militares portugueses se unieron a su pueblo y sellaron sus cañones con claveles. Prefirieron arriesgar sus vidas para defender una causa tan justa como la de la libertad y la democracia. Hoy no les dejan hablar en el Parlamento , los poderes actuales son reacios a que los que provocaron con su revolución pacífica expresen su descontento con la deriva actual de su país (4).
Pero el pueblo portugués, como el griego y el español son sufridos. Supieron aguantar años de horrendas dictaduras hasta alcanzar la democracia por métodos pacíficos. Una democracia que ahora les ha impuesto un sistema económico que no parece dar satisfacción a todos; que a la vista de informes de organizaciones nacionales e internacionales, y en contra de lo que desde medios oficiales se dice, está provocando más desempleo, más desigualdad, más pobreza, menos bienestar y menos seguridad humana.
Los claveles de la revolución portuguesa se están marchitando de no regarlos, de abonarlos con materiales tóxicos, de no dejarlos ver la luz.
Notas.-
(1) El 11 de septiembre de 1973, el general Pinochet y la mayor parte del ejército chileno provocaron un sangriento golpe de estado en Chile para derrocar al presidente Allende, que había sido elegido democráticamente por los ciudadanos chilenos. La dictadura militar duró hasta 1990.
(2) En 1967, un grupo de coroneles griegos derrocaron mediante un golpe de Estado. La dictadura militar duró hasta julio de 1974.
(3) El 18 de julio de 1936, el general Franco y la mayor parte del ejército español se sublevaron contra el gobierno la II República Española, lo que provoco una guerra civil con miles de víctimas, y un régimen dictatorial que duró hasta la muerte del dictador en noviembre de 1975.
(4) Los capitanes que lideraron la revolución de los claveles han sido invitados a los actos conmemorativos del 40º aniversario de ese acontecimiento histórico, pero no les dejarán hablar ante el temor de que expresen su disconformidad con las políticas de los dirigentes actuales. Por ello han declinado la invitación y han organizado otro acto en que sí podrán expresarse libremente.
Javier Jiménez Olmos
25 de abril de 2014
María Antonia Andrés Gasca
abril 25, 2014 a las 3:41 pm
Si, si lo recuerdo perfectamente. Entonces yo tenía 20 años y el sonido y la señal de Grandola Vila Morena de José Afonso y los militares con claveles en sus fusiles fue algo increíble . Como una puerta que se abría trayendo la esperanza, como un soplo de aire fresco que en breve podía llegar a nosotros desde el pais vecino. Muchas gracias por recordar esta fecha emblemática para los amantes de la paz y la libertad. Lastima que quieran cerrar la boca a aquellos artífices de la democracia. Al poder actual No le conviene que hablen
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María Antonia, una fecha en el recuerdo de toda nuestra generación. Muchas gracias por leer este blog y por tus comentarios
Cómo no recordarlo y sentirme identificada con todo lo que dices en el articulo!. El blog me interesa mucho. El ultimo articulo sobre los esclavos es la absoluta realidad.Hace tiempo que yo también pienso que la pretensión meridianamente clara es convertirnos a nosotros en los esclavos del siglo XXI. Gracias por tu clara visión de la realidad
Toñi, muchas gracias por tus comentarios y por tu interés por el blog, me anima a seguir investigando y publicando para la paz. Creo que entre todos debemos trabajar para ser más solidarios y eliminar todo tipo de esclavitud