“Es la promotora (se refiere a España) de la Alianza de Civilizaciones, iniciativa de Naciones Unidas al servicio de la diplomacia preventiva que promueve acciones concretas para la eliminación de las divisiones y la neutralización de los riesgos de polarización que amenazan la paz y la seguridad internacional.”
Así consta en los argumentos presentados por el Gobierno de España para presentar su candidatura a ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas[1].
INTRODUCCIÓN A LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES
No quiere ser este artículo una crítica a una determinada formación política, ni por su puesto a su máximo representante. Desde el más absoluto respeto he escogido este ejemplo porque es uno de los que más he estudiado (una tesis doctoral y un libro) y, por lo tanto, he realizado un seguimiento desde su creación.
Desde el ámbito puramente académico, con estudios realizados con una metodología científica, no deja de sorprender como desde análisis políticos se desvirtúan contenidos y se deforman datos objetivos a conveniencia “populista” del momento. Uno se pregunta ¿por qué lo criticado con vehemencia, a veces sin sólidos argumentos, se transforma después en algo de gran utilidad?
Desde luego, no tendrían importancia estas evoluciones tan drásticas si obedecieran a criterios de convencimiento de que razonamientos previos fueron erróneos. No sé si es el caso, pero lo cierto es que en algunas críticas ni tan siquiera había razonamientos objetivos, sólo ataques políticos dentro de lo que ahora se puede denominar populismo.
He elegido este estudio de caso para avalar esta modesta tesis de que algunos políticos emplean cualquier medio para acabar con el adversario. Y es triste, porque la democracia se debe sustentar, entre otros muchos valores, en el del conocimiento, en el de la opinión argumentada, documentada y respetuosa.
Durante el tiempo que he dedicado al estudio de la Alianza de Civilizaciones he podido leer y escuchar opiniones muy diversas, pero, perdonen mi inmodestia en este asunto, pocas con fundamentos. Algo excusable entre las personas, sea cual fuere su nivel cultural, que no tienen por qué conocer en profundidad esta materia, pero imperdonable en las que ostentan cargos públicos relevantes o trabajan en medios de comunicación que tienen la obligación de informar con objetividad.
El caso de la Alianza de Civilizaciones, es muy común en una política con minúscula (la populista): lo que interesa primero se usa contra los adversarios, y luego se utiliza en beneficio propio. Los ciudadanos asisten perplejos a este juego de confusión. Mal asunto para las democracias cuando los líderes demuestran tanta incoherencia.
LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES
El 21 de septiembre del 2004, El Presidente del Gobierno de España, D. José L. Rodríguez Zapatero, pronunció un discurso en las Naciones Unidas durante el Debate del 59º periodo de sesiones de la Asamblea General. En este discurso lanzó la iniciativa de la Alianza. En esta alocución abogaba por el multilateralismo, el diálogo y la legalidad internacional como principios fundamentales de las relaciones internacionales.
Después de las elecciones generales españolas del 14 de marzo de 2004, en la que su partido resultó ganador, Rodríguez Zapatero decidió optar por una política conciliadora. Estaba muy reciente el atentado del 11-M, en curso las guerras Irak y Afganistán, además del siempre vigente conflicto palestino. Con este panorama, el nuevo Presidente del Gobierno de España se dirigió a las Naciones Unidas en el discurso mencionado. El objetivo primordial era evitar el “choque de civilizaciones” y tomar medidas culturales y políticas para fomentar el acercamiento entre Occidente y el Islam.
Siguiendo el procedimiento establecido en las Naciones Unidas, el Secretario General, Koffi Annan, presentó la iniciativa. La finalidad de la iniciativa era superar los prejuicios y errores de apreciación, y crear un clima de entendimiento frente a la división para luchar contra el fundamentalismo que conducía al terrorismo. Con el copatrocinio de Turquía y España, Koffi Annan presentó la iniciativa, para aprobación, en Asamblea General que tuvo lugar con ocasión de la Cumbre de 2005.
El 14 de julio de 2005, Koffi Annan anunció la Alianza de Civilizaciones “cuyo objetivo es promover el compromiso de la comunidad internacional de cerrar la brecha que divide a las sociedades islámicas y las occidentales”, por lo que explícitamente se consideraba un proyecto de seguridad ya que se trataba de “involucrar a las sociedades” para “superar los prejuicios, las percepciones erróneas y la polarización que podrían amenazar la paz mundial”. Acabó su presentación manifestando la creación de un grupo de expertos para liderar el proyecto, redactar un informe con recomendaciones que diera lugar a un plan de acción. La iniciativa se aprobó en el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005 por Resolución 60/1.
La Alianza de Civilizaciones tiene unos objetivos muy definidos: comprensión y respeto a la diversidad; no exclusión ni discriminación por ninguna razón y respeto a los derechos humanos; no al extremismo ideológico y religioso; incidir en los valores comunes; y considerar como fundamental que la seguridad es indivisible. Desde ese punto de partida el Grupo de Alto Nivel elabora un informe que presenta el 13 de Marzo del 2006.
La iniciativa de la Alianza de Civilizaciones está en marcha y ha sido bien acogida por la Comunidad Internacional. Es una propuesta ajustada al Derecho Internacional, respetuosa con todas las creencias e ideologías. Es impulsora de diálogo, tolerancia y cooperación.
Para ese objetivo de transformación de la mentalidad la AdC contempla cuatro campos de acción principales, a saber:
1º) La educación
2º) La juventud
3º) Los medios de comunicación
4º) Las políticas de inmigración
La iniciativa tiene, sobre todo, una dimensión de seguridad porque su objetivo es prevenir la confrontación pronosticada por un conflicto que puede provocar enfrentamientos a escala mundial. Trata de cambiar la concepción de prevenir conflictos o imponer voluntades mediante el uso de la fuerza por una seguridad más ligada al ser humano.
LAS CRÍTICAS: «UNA ESTUPIDEZ», «UNA COSA DE BROMA»
El 18 de julio de 2005 aparecía en el diario ABC un significativo titular: “Aznar califica de ‘estupidez’ la Alianza de Civilizaciones”[2]. Era la muestra principal de la recepción por parte de su partido y los medios afines a una iniciativa que debería de haber sido tomada como asunto de Estado por la buena acogida que tuvo en las Naciones Unidas.
Pero lejos de cesar en las críticas, durante las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, la Alianza de Civilizaciones fue uno de los banderines de enganche para atacar al Presidente del Gobierno. Unos ataques que se centraban en descalificaciones personales más que en los contenidos propios de la iniciativa. De la lectura o la audición de alguna de esas críticas se puede deducir el escaso conocimiento que de la Alianza de Civilizaciones se tenía.
«Esto de la Alianza de Civilizaciones es una cosa de broma» decía el señor Rajoy en el año 2006[3]. E insistía en el debate final realizado antes de las elecciones generales de 2012, Mariano Rajoy Briz decía a su contrincante: “¿Qué es lo que ha hecho Zapatero a lo largo cuatro años además de discutir la nación y entretenerse en la Alianza de Civilizaciones o la memoria histórica?”[4].
A pesar de ser una iniciativa de seguridad considerada y avalada por las Naciones Unidas, la nueva Estrategia para la Seguridad Nacional 2013, recién aprobada por el Gobierno -con apoyo del PSOE-, ya no ha incluido mención a la ‘Alianza de Civilizaciones’ concebida por el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
DE LAS CRÍTICAS AL APOYO
Sin embargo, en su primera asistencia a la Asamblea ONU, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en septiembre de 2012 defendió la Alianza de Civilizaciones como objetivo para alcanza asiento en el Consejo de Seguridad[5] lo que provocó contrariedad en los medios de comunicación que le habían apoyado en sus críticas y algunos de sus círculos políticos e intelectuales que también le habían apoyado.
La realidad es que al margen de las descalificaciones partidistas, para un mal entendido consumo interno, el PP ha seguido la misma línea que el PSOE en la Alianza de Civilizaciones. Una vez que ya no servía para el desgaste político del adversario se pasó de la crítica al respaldo. Y se ha hecho así porque es un programa de Naciones Unidas que resulta muy útil, entre otras cosas, para obtener un asiento entre los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad.
Por tanto, en sus reuniones con el Secretario General y con el Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones manifestó su apoyo político y económico, aunque en menor cuantía que su antecesor. Se acusó al anterior gobierno de gastar mucho dinero inútilmente. Desde los círculos mediáticos más próximos a los conservadores se decía que el gasto se estimaba 16 millones[6] aunque la cifra total aportada al Fondo Fiduciario de la Alianza de Civilizaciones desde 2005 hasta 2013 es de 6.895.564 dólares USA.
CONCLUSIONES SOBRE LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES
Lo expuesto en este artículo es sólo un breve resumen documentado para ilustrar con un ejemplo la incoherencia a la hora de tratar algunos asuntos políticos y de Estado.
Ahora, lo más importante es reactivar la iniciativa a nivel nacional e internacional (aprovechando la pertenencia al Consejo de Seguridad) para:
- Hacer labor pedagógica y explicar, en particular a los jóvenes, en qué consiste la Alianza de Civilizaciones y sus logros.
- Impulsar los campos de acción de la iniciativa
- Ampliar esos campos a la mediación de conflictos, para lo que sería necesario dotarla de los medios necesarios.
Sirva también este artículo de homenaje a los que siempre han creído en esta iniciativa como instrumento de paz –no sólo como algo útil para conseguir un puesto en el Consejo de Seguridad- a pesar de las críticas no siempre respetuosas y argumentadas, y a los que, como mi colega marroquí Said Bahajin, han centrado sus estudios en la Alianza de Civilizaciones con la elaboración de una tesis doctoral, de la que he tomado algunos datos para este artículo.
Y sobre todo, sirva para que los políticos, intelectuales y medios de comunicación sean rigurosos y respetuosos en sus críticas y opiniones.
[1] http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/PoliticaExteriorCooperacion/CSNU2015-2016/Paginas/PazySeguridad.aspx
[2] Titular del diario ABC el 18 de julio de 2005. http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2005/07/18/022.html
[3] http://www.cadenaser.com/espana/audios/rajoy-alianza-civilizaciones-cosa-broma-2006/csrcsrpor/20120924csrcsrnac_10/Aes/
[4] http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=85759
[5]http://www.publico.es/internacional/442957/rajoy-defiende-politicas-de-zapatero-para-que-espana-entre-en-el-consejo-de-seguridad-de-la-onu
[6]http://www.abc.es/20100528/nacional-politica/quiere-saber-cuanto-gastado-20100528.html
Nota.- Sobre este mismo asunto leer LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES en:
http://jjolmos.wordpress.com/2014/03/08/la-alianza-de-civilizaciones/
Javier Jiménez Olmos
21 de octubre de 2014
El problema a mi entender profesor, no radica en las iniciativas al servicio de la paz para evitar o encauzar los potenciales conflictos frente al choque de culturas o civilizaciones. La desorientación parte de cuando se pretende aplicar esas iniciativas para paliar las agresiones que un determinado grupo/s, identificado con una cultura o civilización concreta, perpetra contra los grupos (siempre en plural) que conviven bajo otras culturas (o civilizaciones).
Si admitimos el sentido que el Oxford Dictionary, o el de la RAE dan a civilizar (sacar a algo o alguien de un estado bárbaro o salvaje) de forma que pueda progresar la evolución humana, es decir como conjunto de creencias y valores que conforman una comunidad, podemos conceptuarla como progreso. Incluso cuando hablamos de “civilizaciones”, incluyendo no sólo valores culturales, éticos o de cualquier otro tipo, por ejemplo sistemas o mecanismos de organización político-social de la misma, también hablamos de poder. Y es aquí donde puede surgir la confusión.
Como instrumento preventivo de seguridad internacional, poco o nada puede argumentarse sólidamente en su contra. Cuestión al margen será su espuria utilización en escenarios de confrontación que poco o nada tienen que ver con la civilización, por más que sus actores se envuelvan y atrincheren al amparo de determinadas banderas y creencias. Siempre con el silencio, tácticamente oportuno y cómplice, de quienes no los repudian, ni en oriente ni en occidente.
Después de miles de años de historia común de la humanidad, determinadas actuaciones en el escenario mundial no pueden ser complacientemente aceptadas como manifestaciones de un peculiar modo de vida. Tampoco pueden ampararse ni en el respeto a creencias o manifestaciones de cultura. Ambos, creencias y cultura, conceptos que solo pueden comprenderse y respetarse bajo el paraguas de la civilización, nunca de la barbarie. Y es que ahí no estamos en un choque de civilizaciones. Estamos lisa y llanamente frente a la supervivencia.
“Ampliar esos campos a la mediación de conflictos, para lo que sería necesario dotarla de los medios necesarios”, como propugna en su, como siempre, excelente post, exigiría una clarificación previa de escenarios. Y es que, si bien la Mediación también es posible en situaciones asimétricas, el desequilibrio de las partes en determinado tipo de conflictos es de tal magnitud que exigiría un reequilibrio previo (con medidas tomadas desde la legalidad internacional) que no puede partir del stato quo de facto inicial. Quizá algunos malentendidos han partido de estas premisas.
Profesor, muchas gracias por sus excelente aportación. Sin duda, mi propuesta de comprometer la Alianza de Civilizaciones exige una reflexión y desarrollo de la idea con más pausa. Estaría muy complacido de recibir algunas sugerencias desde su amplia experiencia.
¡Cuánto miedo a la palabra y cuanta confianza en las armas bélicas!
Asistí el día 21 de este mes de octubre a la mesa redonda organizada por Adalede sobre «La Cumbre de Gales y la futura OTAN…» solo se resaltó y promocionó la defensa armada …¡ con cuanta fuerza y aplausos!
Pretendí comentar el trabajo de las Conferencias sobre el Desarme: estos días en Nueva York …desde hace años y permanentemente en Ginebra…El T.G. representante Militar ante los Comités Militares de la OTAN y la UE dijo desconocer totalmente la existencia de esa Conferencia!…me pidió le dejara «mi» documento (había llevado el Informe del 10 de septiembre de 2014) . ¡No se lo dí, le dije que lo buscase! así podrí a enterarse del trabajo internacional sobre DESARME que ningún miembro de las Fuerzas armadas debería ignorar…
Bueno, no parece que las FF.AA. estén muy carentes de documentación en ese sentido:
http://defensa.buscador.gob.es/search?oe=utf-8&site=IEE_ES&sort=date&q=Desarme&ie=utf-8&proxystylesheet=ieee&enviar2=Buscar&hl=es&filter=0
Andrés, muchas gracias por la información
Isabel, en efecto son muchas las personas que ignoran la labor que se hace en las Conferencias sobre Desarme. Sin embargo, el estamento militar de alto nivel tiene tiene unas responsabilidades que seguramente no incluyen ese tipo de actividades. Es en la esfera política y en la social donde hay que incidir, aunque estaría muy bien que también los militares tuvieran conocimiento. Son los políticos los que toman las decisiones, por tanto, son ellos los que deben escuchar todas las informaciones. Y es la sociedad la que también debe presionar para que se reduzca la fabricación y venta de armamentos. Labor difícil dado el grado de intereses que tal industria mueve. Pero no hay que desistir, hay que seguir en busca de la utopía (aunque solo sea para caminar). En el trabajo Tratado sobre el Comercio de Armas de este blog
puede encontrar mi opinión sobre desarme
Muchas gracias por comentar.
Gracias Dr. Javier, magistral como siempre. Como usted bien dice es tiempo de reactivar la iniciativa y aprovechar la fuerza de unión de 140 países y organizaciones internacionales que forman parte del Grupo de Amigos de la Alianza para trabajar juntos en superar los prejuicios y transformar los conflictos que amenazan la paz y la estabilidad en el mundo. Es tiempo de invertir en la cultura de paz en vez de gastar millones en las armas y la cultura de la violencia. Gracias por citar a mi tesis que no hubiera sido posible elaborarla sin tu ayuda y las aportaciones de tus libros y escritos.