Ayer, 31 de mayo de 2023, tuve la oportunidad de visitar algunos lugares de lo que fue la batalla de Teruel durante la guerra civil española. Francisco Sánchez (Paco, para los amigos) fue la persona que me acompañó en esta visita. Paco, es un luchador incansable para la recuperación de los cuerpos de asesinados y soldados desaparecidos durante la guerra.
Paco, con una motivación incansable, ha trabajado para sacar a la luz algunas de las terribles historias que condujeron a cientos de asesinatos en los pueblos de alrededor de Teruel. Desde la Asociación de los Pozos de Caudé continúa su labor de investigación, a pesar de obstáculos políticos y burocráticos, para sacar a las víctimas del olvido y poder darles digna sepultura.

Francisco Sánchez en el monumento a los fusilados y arrojados al pozo de Caudé
He quedado impresionado por tantas historias de asesinatos, de personas sacadas de sus domicilios con nocturnidad, fusiladas y enterradas en fosas improvisadas o arrojadas a pozos, como el de Caudé. Además, pude comprobar que, contrariamente a lo que desde algunos espacios mediáticos o políticos dicen, mi amigo Paco indaga y trabaja sin ningún ánimo de venganza u odio; él investiga para recuperar la dignidad de los seres humanos.

Pozo de Caudé donde fueron arrojados cientos de asesinados mediante fusilamiento
Lo hace sin distinción ideológica o partidista; me comenta que también ha averiguado el paradero de soldados de ambos bandos que desaparecieron en combate durante las batallas de Alfambra y Teruel.
Me cuenta Paco, que su mayor satisfacción es comunicar a las familias, ya lejanas, generalmente nietos o biznietos, que ha encontrado los restos de su familiar asesinado. Me dice que los abrazos y lágrimas de esos familiares son la mayor satisfacción que encuentra en la vida. Paco, es un buen español, un español de bien.
Convine recordar la historia, tener memoria histórica, para aprender de los errores, para comprender que el camino de la paz es el respeto, el diálogo y el acuerdo. Conviene recordar en estos tiempos de polarización que la violencia verbal es tantas veces la antesala de la violencia física.
Mi tío Rufino, un pobre muchacho reclutado para la guerra por su edad y lugar de residencia, sirvió en un batallón de infantería de marina en la sierra Palomera. Puede que allí fuera herido y en la retirada evacuado a Belchite, donde mi abuelo obtuvo un certificado de fallecimiento. No obstante, su cuerpo jamás fue recuperado, posiblemente yacerá en una de las tantas fosas comunes que se habilitaron para enterrar a cientos de pobres soldados de ambos bandos.
El fanatismo de unos pocos que condujo a una injustificable sublevación militar causó la muerte de tantos inocentes.
Hoy la violencia verbal persiste, la falta de respeto es la norma en algunos discursos. La clasificación de buenos y malos españoles por parte de algunos líderes refleja su incapacidad para elaborar discursos constructivos en favor de la concordia.
Mi tío Rufino, como tantas otras víctimas de la violencia, era un buen español y, sobre todo, era una buena persona. Merece respeto y dignidad.
Gracias Paco por tu humanitaria labor.
SI QUIERES LA PAZ, EDUCATÉ, EDUCA Y TRABAJA CADA DÍA PARA LA PAZ
Javier Jiménez Olmos
Primero de junio de 2023
Excelente artículo Javier. Poco más que añadir.