Los lectores habituales de este blog han podido comprobar que los artículos publicados tratan de fomentar ante todo la cultura de paz. Para este objetivo es necesario conseguir un mundo más justo, en el que las personas puedan tener una vida digna en libertad. En este blog trato de colaborar, desde mi área de conocimientos, para averiguar las causas de los conflictos y de la violencia, para de este modo poder evitarla.
En este mundo, las injusticias se suceden, unas muy grandes, enormes, y otras no tanto, pero que también afectan a la vida diaria y causan desasosiego, malestar, indignación e impotencia.
Hoy por una casualidad personal (que no viene al caso describir) me he encontrado con una de esas injusticias “legales” que aceptamos con resignación hasta que ya no se pueden soportar más. Paso a describirla.
Todos los bancos y cajas de ahorro que he consultado me han informado que cobran gastos de mantenimiento por tener una domiciliación de nomina inferior a una cuantía. La cantidad mínima requerida para evitar esos gastos de mantenimiento se establece siempre por encima de los 600 euros.
Todos los bancos y cajas consultadas se amparan en la Orden Ministerial 2899/2011, desarrollada en la circular 5/2012 del Banco de España que, al parecer, permite que las entidades bancarias como entes privados puedan establecer sus propias comisiones.
Son miles las personas que en España perciben un salario inferior a esos 600 euros, principalmente personas que trabajan a tiempo parcial, lo que sucede en la gran mayoría de contratos de jóvenes.
También es un hecho evidente que para percibir una nómina se obliga a tener una domiciliación bancaria. O sea, no queda otro remedio que cobrar a través una entidad bancaria.
Es decir, la política bancaria española penaliza a los miles de perceptores de nominas por debajo de 600 euros que, además de obtener remuneraciones inferiores a esa cantidad, deben abonar gastos y comisiones según estipule cada entidad bancaria.
No dudamos de la legalidad de la actuación bancaria en estos casos, por eso, hay que cambiar esa legalidad lo antes posible, de modo que los perceptores de pequeñas nóminas no vean mermados sus escasos emolumentos por disposiciones legales que van en contra de los más desfavorecidos.
Javier Jiménez Olmos
30 de junio de 2014
Como siempre, estoy abierto a cualquier sugerencia, comentario o debate sereno y razonado sobre este asunto y otros.
Es lamentable que los bancos nos consideren «su negocio».
Recién salido del horno