Un informe del 23 de agosto de 2014, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas cifra los muertos en la guerra de Siria, desde su comienzo en marzo de 2011 hasta abril de 2014, en 191.369. En el informe se detalla que, entre las muertes registradas había 2.165 niños menores de nueve años, y 6.638 entre diez y dieciocho años.
En otro informe, de finales de agosto del mismo año, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), establece que el los sirios inscritos como refugiados, sólo en los países vecinos, asciende a más de tres millones.
Una guerra que continua, sin que se atisbe una solución para una paz duradera que permita al pueblo sirio vivir digna en libertad. El dilema entre dictadores o islamistas radicales es una constante en el mundo árabe. Con relación a Siria, la mayor parte de la comunidad internacional, si exceptuamos Rusia e Irán, era partidaria de la caída del régimen de Bashar al-Asad.
Hubo unanimidad de los gobiernos occidentales para apoyar a una oposición moderada, que surgió de la llamada “primavera árabe”, hasta que la irrupción de los más radicales y violentos islamistas entró en escena. Entonces, Occidente empezó a temer por la inseguridad que produciría la caída de al-Assad y toda ayuda a la oposición quedó reducida o suspendida por temor a que cayera en manos de unos enemigos considerados más peligrosos que el actual mandatario sirio.
El Estado Islámico ha complicado y extendido la guerra al vecino Irak, que desde la invasión sufrida en 2003, a cargo de una coalición liderada por los Estados Unidos de Norteamérica, nunca ha dejado de estar en un caos de violencia permanente.
El Estado Islámico de Irak y Levante, ahora denominado simplemente Estado Islámico, aparece en Siria en abril de 2013. Su líder, Abu Bakr al-Baghadadi, nacido en 1971, surge de la lucha contra la invasión de Irak en 2003. El Estado Islámico recluta sus combatientes entre suníes sirios e iraquíes, en otros países árabes y musulmanes, además de algunos musulmanes con nacionalidades occidentales.
Desde el punto de vista occidental, el Estado Islámico representa la mayor amenaza para la Región de Oriente Medio y para la seguridad internacional en su conjunto. Se les atribuye una crueldad extrema a la vista de la propaganda que ellos mismos se encargan de distribuir para causar el terror que consideran necesario para la implantación de ese califato universal al que aspiran.Al parecer gozan de una sustancial financiación proveniente de fondos de los recursos petrolíferos que han capturado en sus victorias militares en Siria e Irak, de las ventas de la arqueología tan rica en la zona y de la gran cantidad de dinero que les ha reportado la toma del banco central iraquí de la ciudad de Mosul (se calcula que unos 2.000 millones de dólares). También hay sospecha de que reciban donaciones de algunos de los países del Golfo que se supone estarían ayudando a las reivindicaciones de sus correligionarios suníes en la lucha contra sus tradicionales enemigos chiíes.
El Estado Islámico ha producido desconcierto en Al Qaeda que ve como la escisión entre sus filas se hace patente. El actual líder de Al Qaeda, Aymán al-Zawahiri ha manifestado su descontento por el enfrentamiento entre Al Nusra –otra de las asociadas a Al Qaeda- y el Estado Islámico en Siria y ha pedido que a la primera que centre su lucha en ese país, mientras que el segundo lo haga en Irak.
La aparición Estado Islámico ha hecho revivir la teoría del llamado “choque de civilizaciones”, según la teoría de Samuel Huntington explicada principios de los noventa. Las tesis de Huntington se resumen en que los conflictos futuros se darán entre civilizaciones, principalmente en lo que él llamo “las fronteras ensangrentadas del islam”. Sus tesis fueron aprovechadas para sustituir el desaparecido enemigo soviético por el Islam en su conjunto.
Ahora parece que de nuevo el Estado Islámico desata el temor del choque (aunque no hay que olvidar que debido a la crisis ruso-ucraniana también se está despertando el fantasma de la guerra fría, pero eso se tratara en otro artículo).
Sin embargo, el Islam no es monolítico y los grupos yihadistas violentos son una minoría, aunque eso sí, muy activa. Y también es importante recordar que se desarrollan donde existen dos factores muy importantes, además del religioso: la pobreza y la abundancia de recursos naturales explotados por potencias extranjeras. También conviene recordar que estos grupos yihadistas, casi exclusivamente suníes combaten contra sus correligionarios chiíes y todas los gobiernos árabes o musulmanes que consideran apostatas o servidores de los intereses occidentales.
Así que considerar que se trata de una guerra de religiones es algo que se puede poner en duda. No obstante a los yihadistas les conviene presentarlo como una guerra de religión, aunque el trasfondo sea, como casi siempre en todas las guerras, por razones económicas y de poder.
También en Occidente hay intereses para alarmar con este nuevo choque de civilizaciones. La seguridad produce muchos dividendos y también distrae de asuntos nacionales que afectan a la seguridad humana del día a día. Así, se puede poner en duda que los bombardeos que las fuerzas armadas estadounidenses realizan en Irak obedezcan a razones humanitarias y se puede pensar que son parte de una estrategia para contener la expansión del Estado Islámico en las principales zonas petrolíferas del país.
No cabe duda de que el Estado Islámico es una amenaza real, pero hay que valorarla en su justo término desde el punto de vista exclusivamente militar, otra cosa es su posible actividad terrorista en terceros países y en Occidente.
Militarmente el Estado Islámico no posee los medios militares adecuados para una guerra simétrica convencional. Sólo con el poder militar norteamericano en la región, empleado activamente, con la potencia de una guerra convencional total, los borraría del mapa en unas pocas semanas. Por tanto, la utopía de ese mapa del califato pretendido no tiene ninguna base real para llevarse a cabo.
El peligro se encuentra en que la yihad se extienda por el mundo musulmán y por los países occidentales. En el primer caso las revoluciones serán mucho más violentas que en la “primavera árabe”. En el segundo, los yihadistas cometerían atentados terroristas para intimidar a las poblaciones occidentales.
La opción militar puede ser estudiada para detener el avance del ataque del Estado Islámico en Irak y Siria, pero hay que tener en cuenta los daños colaterales, y no sólo los que se producen en el campo de batalla, sino el odio que puede extenderse hacia todo lo occidental, y que los yihadistas utilizan la propaganda como una de sus principales armas. Además, no es una novedad, las intervenciones estadounidenses y de sus aliados en Oriente Medio han producido siempre un rechazo de las poblaciones musulmanas, a pesar del apoyo de algunos dirigentes de algunos de esos países.
A la vista de la gravedad de los acontecimientos que llevan al sufrimiento a millones de personas en Oriente Medio se necesitan soluciones urgentes. La opción de la guerra total convencional contra el Estado Islámico, caso de proseguir en su escalada del terror, debe de ser muy meditada, aunque no descartada porque sería darles una ventaja estratégica muy importante. Pero las soluciones diplomáticas deberían de ser las prioritarias.
En primer lugar no sería descabellado reconsiderar las fronteras artificiales de algunos países como Siria e Irak y adecuarlas más su historia y su cultura. ¿Por qué no estudiar la creación de de tres estados, según el mapa de distribución étnica: suníes, chíies y kurdos? Aunque siempre quedaría por resolver el problema de minorías como las cristianas a las que se debería garantizar la coexistencia pacífica con los mismos derechos de las mayorías con las que les tocara convivir.
La visión de Oriente Medio, con una paz duradera, está en manos de “visionarios”, como los que creyeron en una Europa en paz tras la Segunda Guerra Mundial y siglos de historia de sangrientos enfrentamientos entre los propios europeos. Para eso hay que establecer unas bases de diálogo, con mediadores creíbles y apreciados por los musulmanes (¿lo que supondría en principio descartar a los representantes de las grandes potencias?). Habría que reactivar, potenciar y modificar en lo necesario iniciativas como la de la Alianza de Civilizaciones y adecuarla para que se convirtiera en una entidad operativa de paz.
En Irak, en Siria en Palestina hay un Estado de guerra permanente entre otras razones porque los líderes de las facciones enfrentadas son los más extremistas (lo que ya ocurrió en los Balcanes y ahora sucede en Ucrania) y eso no es una casualidad sino el producto de odios internos históricos, y apoyos externos inapropiados e interesados, además de intervenciones militares sin sentido como la invasión de Irak en 2003 que sólo ha causado más inestabilidad en la región. Habría que potenciar y apoyar a los elementos más moderados de las oposiciones a dictadores y yihadistas, pero hacerlo mediante políticas que fueran percibidas por los habitantes de los respectivos países como beneficio para el bienestar y no para los intereses de las grandes potencias.
Las grandes potencias han preferido en un principio apoyar a movimientos radicales islamistas con tal de eliminar algunos dictadores contrarios a sus intereses, como fue el caso de Afganistán primero e Irak después, también en Libia y Siria. Pero el resultado ha sido desastroso en todos los casos. Por ello, hay que aprender la lección de que las transiciones no se deben forzar mediante el apoyo a elementos incontrolados (puede haber sido también el caso de Ucrania). Para conseguir la ansiada democratización es necesario primero conseguir unos mínimos de bienestar social, de justa distribución de los recursos naturales y la riqueza de los países. Y el camino no son las destituciones de los líderes imperantes mediante bombardeos e invasiones.
El descontento de muchísimos musulmanes con Occidente y con algunos de sus líderes no tiene nada que ver con el mensaje religioso. Este factor se usa, como también ha sido usado por otras religiones, para enfervorecer a las masas desesperadas. El descontento, la desesperanza proviene de la percepción de una vida indigna. Muchas personas encuentran en la yihad el camino hacia una vida mejor. Por eso, la “guerra al terror” contra fanáticos desesperados resulta ineficaz, así se ha demostrado desde el 11 de septiembre de 2001. La hoja de ruta pasa por demostrar a los musulmanes que Occidente no es su enemigo, que en Occidente y en otras partes del mundo también millones de personas sufren pobreza, desigualdad, explotación y expoliación de sus recursos naturales. Para ello es necesario un rotundo cambio socioeconómico y cultural del actual sistema internacional.
¿Será posible o es sólo un sueño?
Javier Jiménez Olmos
29 de agosto de 2014
Nota.- Para ampliar ver en este blog (entre otros)
Irak. Bombardeos e invasiones ¿que se ha conseguido?
http://jjolmos.wordpress.com/2014/08/24/irak-bombardeos-e-invasiones-que-se-ha-conseguido/
La Alianza de Civilizaciones
http://jjolmos.wordpress.com/2014/03/08/la-alianza-de-civilizaciones/
Buenos días, Javier. Gracias por el artículo.
El escenario que se ve parece el resultado de 40 años de intervenciones occidentales y de algunos países del Golfo, Arabia Saudí entre ellos. Son quienes han ayudado al florecimiento del islamismo violento que comenzó a fraguarse para acelerar la salida de la URSS de Afganistán –que era un régimen comunista (1) que occidente intentó capturar consiguiendo los resultados que hoy vemos y que lamentan incluso generales USA como Wesley Clark.
La situación en Ucrania es muy parecida: Un intento de extender el cinturón OTAN en torno a Rusia e incorporar otro territorio. Un Territorio donde comenzamos impulsando un golpe de estado por partidos nazis y cerrando hoy los ojos al bombardeo de la población civil por su supuesto gobierno.
No es de extrañar que añoren los tiempos de Brezhnev y se quieran largar o no saber nada de Kiev.
Por traer paralelos recordemos Guernica o imaginemos un reclutamiento forzoso en Londres para bombardear y reconquistar Edimburgo. Me gustaría ver la cara del PM Cameron al verlo pero lo está apoyando en Donetsk.
Lo de Siria, Iraq (que lamentablemente creí que era correcto) Libia, etc. es otro monumental fiasco. Hay que reconocer que podemos tener mucha tecnología «star wars» pero que, como cultura, estamos en decadencia y eso se nota hasta en nuestra incapacidad para sacar partido de ella. Si no ocupas el territorio, olvídate de ganar nada. Mejor buscar otra forma de convencer.
El problema es que, como diría un filósofo moral, se están enfrentando culturas «heróicas» con culturas «emotivistas». Occidente es de las segundas.
Apenas quedan valores, no hay absolutos metafísicos y cualquier opinión moral puede no ser compartida. Vale. Pero enfrente hay gente que comparte valores absolutos y que no les importa morir por ellos.
Esto tiene muy mala solución porque es lo que comenzaría a convertir en racional lo irracional: Un gran holocausto nuclear, un aclarado de «zona», que nos evite enfrentarnos al resultado de nuestros actos. O alternativamente cesiones que temporalmente traigan una falsa paz y más retroceso.
Es todo un problemón porque ayer mismo vimos otra fosa con 200 soldados de Siria asesinados por los Islamistas que hace poco apoyábamos o ignorábamos contra el gobierno sirio.
Y no faltará quien piense que esta gente puede ser apaciguada y vencida en una «mesa». Por no hablar de quienes documentan que esta gente ha sido impulsada por nosotros (Occidente) para derrocar a Assad.
El asunto es muy complicado y a mi modo de ver irresoluble por la sociedad occidental. Cuando no existe «norte» es difícil reconocer vientos favorables.
Este tema de fondo: nuestra imposibilidad de vencer a quienes tienen valores que nosotros ni siquiera entendemos es tratado por Michael Mann y John Hall en la entrevista que este último hace al primero en…..»Power in the 21st Century». Y tampoco ellos, que están en las alturas de la Sociología mundial, ven una solución.
Saludos y gracias por el artículo.
(Nota 1)Para aclarar perspectivas, debo precisar que considero al marxismo como una forma más de embaucar «masa» para allanar el camino al poder de un tipo de élite. Distinta e incluso peor en algunos aspectos de la que impera en occidente; pero «élite instalada» en cualquier caso.
Ramón, como siempre, excelente tu comentario que nos aporta conocimiento y nuevas ideas. Con respecto a tu nota final, añadiría que cualquier idea o doctrina que se considere absoluta, verdadera e indiscutible sirve para que los fanáticos seguidores trabajen, se sacrifiquen, e incluso den su vida, en beneficio esas élites que tu nombras.
Estimado amigo:
Leo con atención tus trabajos, que me parexcen interesantísimos y me recuerdan mis tiempos de profesor en la Escuela Interarmas, donde tuve la ocasión de estudiar a fondo conflictos como los de Irak, las guerras palestinas y la invasión de Kuwait.
Si a esta experiencia le unes que nací y estuve en el antiguo Marruecos español hasta los 23 años y periódicamente hasta los treinta y tantos, puede deducirse que «algo» conozco del tema.
Pero mi comentario se quiere centrar en la impresiones, más que en la posible explicación de los grandes acontecimientos.
El musulmán (el muslim, el creyente), individualmente es una persona encantadora, cordial
y afectuoso, pero en cuanto se le analiza como parte de un conjunto, salta a la vista que las diferencias con lo que nosotros llamamos «civilización occidental» son muy grande.Creen, necesitan al caudillo, no entienden lo del consenso y confunden diplomacia con debilidad:Occidente sigue tratándolos como lo hacía en la época colonial y si hay algo que ellos no olvidan, es precisamente ese periodo en el que «el cristiano» los sometió a su yugo
y les robó sus riquezas;olvidan la multitud de personas que, como mi padre sacó de la tierra baldía un finca de cítricos, aprendió su idioma y sus costumbres y dio trabajoa a muchas familias; todo aquello terminó pero no creas que mis comentarios están movidos por el resentimiento; aquello era suyo y punto,Pero, lo que no puedo olvidar y mi recuerdo me consolida en la idea de que llevan 600 añós de retraso, es la escena que ví con mis propios ojos en el año 56; la guardia del bajá,unos negros que eran unos mastodontes, colgados boca abajo en los árboles de la plaza de España ,de Larache, y quemados vivos.
Menos mal que hasta ahora, sus esfuerzos como colectivo, se centran en matarse unos a otros; si no, la Europa de los mercaderes estaría lista.
Pero si miramos «nuestro problema» vemos que un creciente número de ciudadanos de Ceuta y Melilla, con chilaba y babuchas, son españoles de hecho y derecho, mientras sus corazones pertenecen a una religión que predica la conquista de Dar al Harb ,que es todo el territorio en el que no domina el Islam
Finalmente y por todo ello, lamento mdecirte que mis simpatías se inclinan decididamente por el mundo judío: he tenido y tengo amigos de esa religión, compañeros y compañeras de bachiller…..jamás tuve un amigo «moro».
Un abrazo.F.Tessainer.
Fernando, muchas gracias por tu comentario que nos ofrece un punto de vista desde la experiencia personal y, por lo tanto, no discutible.Yo no me inclino por nadie, excepto cuando considero que se comete una injusticia como la que creo se hace con el pueblo palestino. Y no lo hago por animadversión contra los judíos, me posiciono en este caso porque creo que se cometen crímenes contra la humanidad, como en su día los cometieron contra ellos y en, ese caso, siempre estaré a su favor.
Sin ánimo de hacer propaganda de mi libro «Del choque a la alianza de civilizaciones» (no hace falta que lo compres está disponible en bibliotecas públicas como la de Doctor Cerrada en Zaragoza) te recomendaría su lectura que es fruto de una tesis doctoral y contiene abundante documentación y bibliografía sobre el Islam.
Yo respeto siempre las opiniones y las experiencias personales, pero es también es importante obtener una visión más amplia de otras experiencias y de otros estudiosos del mundo musulmán.
Encantado de recibir tus comentarios
Un abrazo.
Interesantisimo tu aporte demás de que haces un muy buen análisis, una pregunta que papel consideras juega israelí en el conflicto.
Anton, a mi juicio, el papel de Israel es decisivo en el proceso de estabilización y paz en Oriente Medio, pero tendrían que cambiara algunas de sus políticas con relación a los palestinos y al reconocimiento de un Estado palestino. Algo que por el momento parece difícil con los actuales dirigentes. Pero a Israel a largo plazo no le queda otra opción que la de la convivencia pacífica, que pasa por el reconocimiento de Palestina y sus derechos históricos. Israel no podrá resistir por muchos años la presión internacional, están perdiendo cada día más la batalla de la opinión pública y eso va a pesar en todas sus relaciones internacionales. No les queda otro remedio que negociar un proceso de paz que reconozca a Palestina como Estado independiente. Muchas gracias por sus comentarios.
Esto es terrorifico
Recién salido del horno
Atila, conocido en Occidente como “El azote de Dios”, gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo, desde Europa Central hasta el mar Negro. Lograron superar a sus rivales, la mayoría de ellos de refinada cultura y civilización, por su predisposición para la guerra. Se conoce poco o nada de su religión, que la tenían, pero para los romanos, a cuyos centros de poder en el Imperio Oriental y Occidental se acerco hasta el punto de sitiar Constantinopla y casi tomar Roma, eran poco menos que individuos subhumanos carentes de cualquier clase de dios y moral. Solo pudo frenarse su avance militarmente.
El tiempo, nos ha aportado el lastre de la desconfianza (más o menos informada, y en ocasiones un punto cínica) hacia el análisis de los datos históricos, en el pasado, y la información que nos ofrecen los medios de comunicación en la actualidad: ¿podrán no estar contaminados de fanatismo cuando cultura y religión andan por medio? ¿No serán, como casi siempre, barricadas utilizadas para atrincherarse en la propaganda y camuflar cualquier atisbo de verdad? Estrategias para dar servicio a un juego de poder que, indefectiblemente, se juega en otros escenarios. Ayer igual que hoy. Por descontado que desconocemos la mayor, y nuestro acceso a la información, a la de verdad, a la que se maneja en los centros de decisión política, es muy escasa o directamente nula.
Admitido lo anterior, pienso que no hay guerras de religión, ni choque de culturas. Son guerras de conquista. Como todas. Como siempre. Todo lo demás, atrezzo. Ayer para los súbditos y la historia. Hoy para la “opinión pública”, sea eso lo que fuere, como gran banco potencial de victimas informativas, no solo virtuales. También para los reality show informativos de la CNN o Al Jazeera.
También creo que la más certera realidad solo la conocen las víctimas directas y reales, colaterales o no, manipuladas o no, de cualquier conflicto. Quienes verdaderamente certifican los hechos, los comprendan o no. Pero, una vez afirmado lo anterior, estoy casi seguro de que en ningún pueblo vecino de los arrasados por los hunos la hoja de ruta pasaría por demostrarles que Occidente no era su enemigo, más bien por ejercer su legítimo derecho a la defensa, someterse, o huir. Sorprendentemente, en la actualidad, la sociedad “civilizada”, oriental u occidental, se complace en la poco eficiente táctica del avestruz. Y lo cierto es que, aún cuando “el descontento de muchísimos musulmanes con Occidente y con algunos de sus líderes no tiene nada que ver con el mensaje religioso”, la expansión del islam se inició ya con el profeta en el 622 mediante guerras militares de conquista desde la península arábiga… y en eso seguimos, con o sin Alianza de Civilizaciones.
Andrés, muchas gracias por su comentario que nos aporta otro punto de vista para la reflexión. Coincido en que los pueblos y las personas tienen derecho a su legítima defensa. No obstante, desde mi blog sigo obstinado en propagar la cultura de paz como prevención de los conflictos y por eso defiendo inciativas como la Alianza de Civilizaciones o cualquier otra que intente fomentar la comprensión entre las gentes de este mundo. Por favor, siga comentando mis artículos, sus puntos de vista son muy interesantes
Buen debate a pesar del tiempo esto seguirá en controversias.
Soy un principiante en las relaciones internacionales. M gustaria q m enviara material de distintos puntos de vistas del conflicto oriente medio. Si es posible desde sus origenes hasta la actualidad..
Guido, hay mucha literatura y muy buena al respecto de lo que me pregunta. Pero considerando lo que me dice, que no es una persona muy especializada en estos asuntos, le recomiendo un libro muy didáctico del profesor Bichara Khader titulado «El Mundo Árabe explicado a Europa», de la editorial Icaria y editado en 2010. También los libros de Kepel «FITNA. Guerra en el corazón del Islam», editorial Paidós, «La revancha de Dios», editorial Anaya. Así como «El islam y el caos», editorial Bellaterra. Espero que le sirvan de ayuda.