Es difícil mantener la serenidad y neutralidad ante acontecimientos tan crueles y condenables como la muerte de unos niños palestinos, bombardeados por misiles del ejército israelí, mientras jugaban inocentemente al fútbol en una playa de Gaza. Este blog intentan ser una propuesta de reflexión para fomentar la cultura de paz, pero ante acontecimientos tan graves como los que a menudo se suceden en Gaza y otros lugares del planeta, no cabe otro remedio que denunciar los crímenes que se cometen contra personas inocentes.
No hay excusa humanitaria ni legal que justifique atentados tan execrables como los que el Estado de Israel está cometiendo con los palestinos de la franja de Gaza. No sirven las excusas de eliminar los ataques con cohetes de miembros de milicias de Hamás. Un Estado que se precia de ser democrático no puede emplear la “Ley del Talión”, (ojo por ojo, diente por diente). Aunque el gobierno israelí ni siquiera aplica esta ley, porque la desproporción de las represalias es evidente a la luz del número de víctimas de uno y otro bando. Desde que comenzaron los ataques en el 2005, las víctimas israelíes han sido 61, mientras que las palestinas de Gaza han sido 2332, sin contabilizar en ambos casos las recientes en este mes de julio de 2014).
Imaginemos si en España, en los tiempos más duros de ETA, los aviones militares hubieran destruido un edificio en el que se suponía había terroristas y que en ese ataque hubieran muerto niños, entre otras víctimas inocentes. Pues eso es lo que hace el Estado de Israel, y eso tiene un nombre: terrorismo de Estado.
No son justificables los ataques indiscriminados con cohetes desde la Franja de Gaza hacia poblaciones de Israel. Aunque su efecto es sobre todo psicológico, ya que la efectividad de los ataques en cuanto a destrucción y número de víctimas es insignificante con las producidas por un ejército bien armado y entrenado como el de los israelíes, no cabe duda, que también sufren los efectos personas inocentes.
Los diferentes gobiernos israelíes, han ocupado la mayor parte de los territorios palestinos y someten a represión constante a los habitantes de los no ocupados, como los de Gaza, a una opresión insostenible para los dos millones de habitantes que malviven en una estrecha franja, donde las condiciones de vida son miserables durante los periodos normales, condiciones que se ven agravadas cada vez que el gobierno israelí decide iniciar una operación de castigo.
La Comunidad Internacional, con las Naciones Unidas al frente es incapaz de solucionar un conflicto que amenaza la paz en Oriente Medio continuamente. Israel incumple sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Seguridad, cuando las ha habido en su contra, porque la mayoría de las veces evita las condenas por el veto de su incondicional aliado: Estados Unidos.
Conviene recordar que los palestinos están confinados en un territorio cada vez más pequeño y no se les concede el derecho a tener un Estado propio.
Desde algunos sectores sociales, económicos y políticos, y desde los medios de comunicación que les apoyan, tratan de comunicar al mundo entero que los israelíes actúan en defensa propia y que los únicos culpables de su mísero destino son los propios palestinos. (¿Son los mismos que intentan convencer de que los culpables de la actual crisis económica son los sufridos ciudadanos por su despilfarro y holgazanería?).
Ante tanta violencia estructural, causada por la opresión continuada en el tiempo, ¿qué se puede esperar? ¿Qué se puede esperar de unos niños que nacen con la violencia, que maduran el odio como consecuencia de esa convivencia diaria con la destrucción y la muerte?
Javier Jiménez Olmos
18 de julio de 2014
Se me haría muy cuesta arriba no compartir muchas de tus reflexiones. Ante la imagen de críos muertos a bombazos no hay corazón que se resista. Lo de menos es si el concepto de justicia es aplicable a la muerte de cualquiera, da igual quien sea. Las fotos son terribles y no necesitan palabras. Todas las fotos.
Ante imágenes semejantes lo de menos es si la justicia existe o si predomina la capacidad de sobreponernos a una manipulación emocional que sigue, obediente, las normas de nuestra disonancia cognoscitiva. La imagen lo determina todo…. hasta que se amortigua su efecto por saturación.
Llevamos décadas sometidos a estas imágenes. Desde el inicio del estado de Israel –que es, justamente, tan viejo como yo– estamos bombardeados por fotografías de muertes siempre injustas, siempre inútiles, siempre banales.
Tras ellas continúa emergiendo una fuerza, también ancestral. Una pulsión que decide que entre los «ellos» y los «nosotros» hay vínculos instintivos que prevalecen más allá del sentimiento y que esos vínculos telúricos nos inclinan hacia Israel, nosotros, antes que ante Hamás, «ellos». Fuerza extraña que suscita un rechazo más hondo aún que el de la foto de los críos rotos.
Pero en algún momento las emociones reflejas comienzan a ser superadas por mecanismos de racionalización que quizás también sean reflejos defensivos.
Querido Javier: tu artículo de hoy nos llega al mismo tiempo que las imágenes de los cuerpos literalmente troceados de 298 pasajeros del vuelo de Air Malaysia probablemente derribado por un misil ucraniano de una Batería Buk al sur de Donetsk cuyo radar estuvo activo todo el día del incidente. http://rt.com/news/173784-ukraine-plane-malaysian-russia/
Entre esos cuerpos troceados, unos 80 eran de niños y sin embargo nuestra prensa Occidental ni siquiera los menciona.
Cuando seguimos en detalle las cosas que suceden –ante nuestro silencio cómplice– es inevitable sentirse muy mal.
Ahora mismo es imposible sentirse bien siendo europeo y viendo que nuestros ministros de exteriores –Francia, Alemania y Unión Europea– jaleaban en Maidan a los autores de un golpe de estado promovido por los herederos de los peores aliados de Hitler durante el Holocausto.
Y que nuestra prensa silencia unas acciones criminales mientras trata de imputarlas de forma inaudita a otros, –como sucedió con los quemados vivos en Odessa hace unos días– y de postre nos oculta información mientras nos sirve los cuerpos rotos de cuatro pobres niños en las playas de Gaza a poca distancia de un Ashkelon cuyos vecinos viven oyendo a diario los cohetes que les dispara Hamás con el apoyo de la Autoridad Palestina y subvenciones de la UE.
Es demasiado y lo peor es que los ciudadanos de la supuestamente mayor democracia mundial vivimos manipulados e impotentes. Este, creo, es el sentir de la calle.
En fin, que, además de sentirnos muy mal, poco o nada podemos hacer salvo disociarnos de los actos de la tiranía de facto que nos gobierna.
En estas circunstancias –de pecado estructural, como lo define el Papa Francisco– lo peor es la complicidad con el poder.
No nos representan.
Muchas gracias Ramón por tus comentarios. Coincido que hay demasiadas injusticias, demasiada violencia, demasiada manipulación de la información. Nosotros desde este blog intentamos reflexionar y provocar reflexión sobre toda esa injusticia, violencia y manipulación. Pero en este caso, el caso Palestino, la opresión dura demasiado tiempo y como consecuencia ¿qué se puede esperar? La violencia de Hamás, con su cohetes es el resultado de toda esa opresión extendida en el tiempo. Son varias generaciones de niños que conviven con la violencia diaria, ante eso, repito, ¿qué se puede esperar? Muchas gracias y un abrazo.
Estimado amigo Javier: leer tu articulo ha sido como contemplar mi pensamiento escrito en tus palabras. La situación en la franja de Gaza es tan terrible que nos hacemos los tontos para no tener que reflexionar y sentir el dolor cotidiano de miles de personas en nuestra mente y en nuestro corazón. En ningún momento quiero dejarme manipular por los medios de comunicación que justifican constantemente la actitud de Israel y se atreven a considerarla como «justa defensa» . La diferencia entre las cifras de muertos de uno y otro lado es evidente . Y todo este dolor y muerte se produce ante nuestra pasividad. La pasividad y el apoyo del «civilizado occidente» . Podría decir muchas cosas que me indignan, incluso repetir una frase que un jovencito , que en nada podia considerarse nazi,me dijo hace tiempo sobre los judíos y la justicia del Holocausto teniendo en cuenta su maldad ,que les impulsaba a repetir con los palestinos lo que ellos mismos sufrieron . En aquel momento me escandalizó pero después de contemplar durante años tanta violencia entiendo su postura , aunque no la comparta.. Muchas gracias por poner negro sobre blanco lo que pensamos aquellos que amamos la justicia y la paz. Un saludo, Toñi
Amiga Toñi muchas gracias por tus comentarios, seguiremos denunciando todo aquello que consideremos injusto.
Querido Javier,
comparto al cien por cien tu condena a un gobierno israelí que supera con creces la capacidad militar de aquellos que está masacrando. Así de pronto me viene a la cabeza aquella famosa reflexión, no me acuerdo de qué brillante cabeza pensante: «todo pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla». Pues bien, si los hechos, aprovechando la disonancia cognoscitiva de la que ha hablado Ramón, fuesen cogruentes con los pensamientos, diría que eso del Holocausto, al gobierno israelí le suena a chino.
Por desgracia, los intereses velados suelen sobreponerse a las lecciones aprendidas por la memoria colectiva. Es lo que estamos constatando hoy en día. Caprichos y paradojas de la historia, el Estado que ha consituido un pueblo masacrado y perseguido durante toda su historia se ha convertido en uno de los mejores exponentes del terrorismo de Estado en la actualidad, como tú bien has dicho.
Dicho esto, estoy también de acuerdo con cuanto declarado por Ramón. En nuestras «modélicas» democracias occidentales, la población está expuesta a tamaño bombardeo de información manipulada que es muy ambicioso aspirar a adoptar una posición justa y neutral acerca de lo que acontece a miles de kilómetros de nuestras casas.
Sea como fuere, todos estaremos de acuerdo en que este interminable conflicto clama al cielo. Pero me temo que en todo esto la comunidad internacional, si es que existe un consenso entre la mayoría de los estados de la Tierra, poco puede hacer con unos márgenes de acción tan estrechos. ¿Qué se puede esperar de una organización internacional como la ONU donde sólo un país puede dar al traste con una decisión adoptada por los demás estados?
Darío, muchas gracias por tu reflexión. Entre todos podemos conseguir que algo cambie, hay que insistir en la denuncia de la injusticia. Un abrazo
Estimado Javier. !Qué triste final para una justa denuncia¡, lo que aún es más importante, para una implicación y compromiso contra la barbarie y la injusticia que siento que ese es tu propósito.
No comparto que se utilicen a los niños, ni a las mujeres: ni como muestra de la barbarie, ni como el sentimiento de horror que nos produce esta guerra y cualquier forma de violencia; no comparto !en absoluto el comentario de otro lector «sobran las palabras». Ahora mas que nunca se necesitan las palabras, pero las de verdad; no aquellas que encubren un rancio esencialismo que nada resuelve y que convierte la sensibilidad en sensiblería.
¿Tan insensibles nos hemos vuelto que no sirve hablar de la muerte de civiles?
¿es que es más justa nuestra denuncia porque nos conmueven esas muertes de niños?
¿es posible que nos conmuevan mas que la de cualquier hombre?
¿Cómo es posible que permitamos esa macabra utilización?.
¿hasta cuando la utilización de los niños y de las mujeres?
Por eso son necesarias las palabras.
Deberíamos ser mucho más críticos porque esas fotos de los medios de comunicación; la utilización de esas imágenes tanto por unos como otros son la muestra de una pérdida del sentido de la justicia que no tiene parangón.
Para mi sorpresa me encuentro optimista porque no es la violencia lo que aprenden esos niños todos los días, y deseo que todavía menos el odio. Quiero pensar que aprenden el respeto a la vida, el derecho a la tierra, al agua, a jugar; el valor de la familia, el deseo de vivir.
Me parece mucho mas triste lo que aprenden nuestros niños en el mundo «sin guerras» comprobando como son utilizados para los intereses de los demás.
un abrazo
Helena
Helena, muchas gracias por tus acertados comentarios. No sobran las palabras, hacen falta para denunciar la barbarie y la injusticia, y hacen falta para el diálogo para la construcción de la paz justa.
Esos niños palestinos de Gaza crecen entre la violencia y, por desgracia, muchos de ellos no la superarán y seguirán por ese camino. Serán víctimas durante años y será difícil que superen el odio no solo hacia Israel sino hacia una gran parte de la comunidad internacional que permanece impasible ante la masacre o que se pone de parte de los agresores.
Un abrazo
Como siempre Javier tu análisis de la guerra entre Hamas e Israel es conciso y acertado. Una guerra discontinua que dura 75 años.
Conocer la situación de los palestinos y su condición económica frente al poder israelí me afectó mucho. Es un polvorín que en cualquier momento puede estallar.
Pero me gustaría preguntarte ¿ porqué ahora, quien hay detrás?….Muchos interrogantes, intereses ocultos.
La historia no se repite pero…se parece tanto