El pueblo griego ha manifestado mediante un referéndum democrático su rechazo a las imposiciones de los poderes económicos europeos. Sería imprudente y arrogante no prestar atención a la decisión de los griegos. Son muchas las interpretaciones al respecto y los consecuentes titulares que se han publicado según la visión ideológica y los intereses que defienden. El hecho objetivo es que una gran mayoría de los helenos han demostrado que las políticas de la Troika no les satisfacen. ¿Qué sucedería si en otros países de la UE hicieran un referéndum similar?voto griego

Hay un aspecto muy importante a tener en cuenta en todo lo que está aconteciendo en Grecia y es el de las emociones, el de los sentimientos, que no suelen obedecer a ninguna lógica económica cuando todo está perdido, como sucede a una gran parte del sufrido pueblo griego. Emoción que seguramente ya se ha manifestado de un modo pacífico con ese rotundo NO del pasado domingo 5 de julio. Un voto contra aquellos que, según perciben los griegos, hostigan a las clases más desfavorecidas y llevan a su país a la humillación.

Desde el punto de vista de la seguridad hay que estudiar todos los caso, incluidos aquellos no políticamente correctos, y se debe hacer con la finalidad de poner los medios para que nunca se den. Los griegos han dicho NO con orgullo -no se discute si con razón o sin ella-, han manifestado su protesta con sentimiento, con dignidad, en democracia. Por ello, desde los poderes europeos no deben olvidar que cuando a los pueblos se les encierra se convierten en muy peligrosos.  La historia está llena de ejemplos de débiles en luchas desiguales.

Nadie pensaba que lo que sucedió en los Balcanes durante los noventa podía suceder en Europa, ni lo que sucede ahora en Ucrania. Además de las responsabilidades internas en esos conflictos, la UE, liderada por Alemania, ha tenido gran responsabilidad por omisión y por acción. No se puede ni se debe acorralar al pueblo griego. No se puede ni se debe incentivar a aquellos que pretenden crear dos “grecias” antagónicas enfrentadas.

Ya hay demasiadas personas sufriendo, al borde del colapso no solo económico, sino también el emocional. Es una irresponsabilidad europea, de dirigentes y de aquellos que apoyan a esos dirigentes, olvidarse de las personas, de sus necesidades y de sus sentimientos. Hay que prestar atención a que lo que hasta ahora son protestas pacíficas, de una y otra parte, no se conviertan en violentas.images (1)

Por otra parte, Rusia no desaprovechará la ocasión para incrementar su influencia en Grecia y por ende en los Balcanes y el Mediterráneo. Los dirigentes europeos deben estar atentos a los movimientos del gobierno griego que, en buena lógica, buscará aliados potentes para contrarrestar las exigencias europeas. Si Rusia interviene, la polarización puede incrementarse con el consiguiente peligro para todos.

Demasiado complejo el panorama como para pensar que se trata de una batalla entre buenos y malos como siempre han querido presentar las partes interesadas en cualquier crisis o conflicto. Nadie sabe hasta cuándo puede aguantar la resistencia de las personas ante lo que consideran atentado contra su bienestar y dignidad. Por eso, no sólo los dirigentes europeos -tantas veces obnubilados por la economía financiera-, sino los pueblos y las personas deberían expresar con fuerza lo que realmente desean. En fin, dar paso a una verdadera democracia participativa. Ese ha sido el ejemplo griego.

Javier Jiménez Olmos

7 de julio de 2015

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