NOSOTROS Y LOS OTROS EN LA AMENAZA DEL ESTADO ISLÁMICO
Hay programas de televisión que cuando hablan de asuntos relacionados con el Islam superponen imágenes de acciones terroristas. ¿Qué pensarían los norteamericanos o los europeos si cualquier noticia que apareciera sobre ellos fuera ilustrada con bombardeos que producen víctimas civiles, con la prisión de Guantánamo, con imágenes de pobreza infantil, o con tanques, cañones o aviones?
La visión del “otro”, condicionada por intereses no siempre ajustados a la ética y la justicia, deforma una realidad que parece condicionada y hace que no se analice el “nosotros”.
Nadie va a negar la barbarie de algunos elementos que dicen profesar la religión musulmana, pero de ahí a identificar el Islam con violencia y terrorismo es intentar identificar el todo por una parte. ¿Por qué condenar a todos los musulmanes por los crímenes que cometen unos pocos?
¿Qué pensarían los occidentales si los musulmanes nos identificaran con las dos últimas guerras mundiales, las bombas atómicas sobre Japón, los bombardeos sobre Vietnam o los más recientes sobre Gaza? ¿Por qué los occidentales piensan que son los civilizados y los musulmanes los bárbaros?
Haría falta en detener esa arrogancia de supremacía civilizatoria, y no olvidar que la cultura musulmana impregna también la occidental. Conviene recordar las aportaciones a las matemáticas, la física, la química, la farmacia, la astronomía, la literatura, la poesía, la filosofía, la arquitectura (¿conocen algún monumento más bello que la Alhambra de Granada?)…
La historia de occidentales y musulmanes está tan llena de violencia de unos contra otros, y entre ellos mismo, que nadie en su sano juicio puede acusar al otro de ser el más bárbaro. Lo que se debe hacer es tratar de superar ese discurso que no hace otra cosa que enconar las relaciones y servir a los intereses de los “señores de la guerra” (los hay en todas partes).
El Estado Islámico está provocando una percepción equivocada de lo que sucede en el Islam y por eso conviene analizar las causas que han conducido a esta situación.
LA GUERRA DE IRAK
Aunque habría que remontarse a un pasado lejano para adentrarse en las rivalidades árabes y persas, después continuar con las religiosas chiitas y sunitas para acabar con la época colonial y el desastre de las fronteras definidas en los procesos de descolonización e independencia, las causas más inmediatas del estado Islámico se encuentran en la invasión de Irak por las tropas norteamericanas y británicas en marzo de 2003.
Los invasores y vencedores de esa guerra contra Saddam Husein no supieron gestionar la victoria militar. Lejos de buscar consensos que integraran las mayorías chiitas, sunitas y kurdas, y optaron por desmantelar el Estado, su burocracia y sus fuerzas armadas. Paradójicamente dieron el poder a los chiitas para acabar con cualquier vestigio de seguidores del Husein que eran en su mayoría sunitas.
Muchos de los militares del disuelto ejército iraquí se convertirían en los combatientes clandestinos contra las fuerzas de ocupación y contra los chiitas que les sustituyeron en el poder. Ahora también forman parte de las fuerzas del estado Islámico.
LA YIHAD
Desde finales del siglo XIX comenzaron los movimientos islamistas como reivindicación (en su mayoría pacífica) contra las potencias imperialistas que ocupaban sus territorios principalmente dentro del mundo árabe. Estos grupos islamistas argumentaban que la decadencia del Islam se había producido por un relajamiento en el modelo de vida reflejado por el Profeta en el Corán.
Los movimientos islamistas fueron desarrollándose a lo largo del siglo XX con diversas corrientes ideológicas y de acción. Pero el terrorismo como forma de acción para lograr objetivos políticos no fue la norma (como no lo es ahora) y sólo algunos grupos palestinos durante la época dura de Yasser Arafat recurrieron a acciones terroristas.
La cuna del terrorismo global se fabrica en Afganistán. Cuando los soviéticos invaden ese país a finales de los setenta, en plena Guerra Fría, los Estados Unidos apoyan, entrenan y proveen de material a los grupos islamistas afganos que luchan contra los invasores soviéticos. La lucha contra el invasor fue una yihad que provocó el reclutamiento no sólo de afganos sino de fieles combatientes que acudieron de otros países musulmanes (argelinos, egipcios, etc.).
Al Qaeda adquiere su notoriedad en esta lucha contra los infieles que habían invadido un país musulmán. Estados Unidos, aprovecha la ocasión para hostigar a su enemigo comunista, y Bin Laden, el líder fundador de Al Qaeda, se convierte en un aliado útil
Error repetido en la historia más reciente. Estados Unidos y algunos de sus aliados occidentales también apoyaron al Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), grupo islamista considerado terrorista, en su afán de combatir a la Serbia aliada de Moscú. Del mismo modo, han apoyado a algunos grupos rebeldes libios para derroca a Gadafi, con el resultado que ahora se está comprobando por las acciones violentas que llevan a cabo estos elementos.
EL TERROR EN EL ESTADO ISLÁMICO
Existe la creencia de que los yihadistas del Estado Islámico solo actúan contra los cristianos o intereses occidentales. Nada más lejos de la realidad. Su objetivo principal son los propios musulmanes que se resisten a doblegarse a sus dictados.
Los medios occidentales resaltan las barbaridades contra comunidades cristianas o periodistas occidentales. Pero los crímenes van contra las comunidades chiitas, que a su vez también responden, contra kurdos y contra suitas que no siguen la sharia.
Por otra parte, esta actividad terrorista o insurgente (según el bando desde el que se mire) fue mucha más intensa durante la ocupación norteamericana de Irak, con muchas más víctimas sin que la comunidad internacional hiciera una valoración de amenaza global. Un ejemplo son la gran cantidad de periodistas iraquíes asesinados durante el periodo de invasión norteamerica, y en la actualidad, (algunas fuentes los cifran cuatrocientos) sin que tampoco la comunidad internacional reaccionara como lo está haciendo con los asesinatos de sus colegas occidentales.
LAS FUERZAS DEL ESTADO ISLÁMICO
La última amenaza yihadista la constituye el Estado Islámico. Los Estados Unidos y los aliados occidentales la definen como una amenaza global. Lo cual puede ser cierto, pero no constituye novedad alguna. Al Qaeda y otros grupos terroristas han demostrado que son una amenaza global en el sentido de que pueden cometer atentados terroristas en cualquier parte del mundo.
El Estado Islámico, puede ser una continuación de esta amenaza, pero por el momento su campo de acción se reduce a Siria e Irak. La estrategia ha cambiado en el sentido de que ahora actúan como un ejército, con organización militar y con ocupación de terreno. Por supuesto, usan el terror como arma intimidatoria y propagandística allá donde conquistan territorio, pero este tampoco es un fenómeno nuevo, en todas las guerras se han usado esas armas.
Los combatientes del Estado Islámico son de diversas procedencias. En primer lugar los yihadistas más exaltados, algunos antiguos de Al Qaeda, organización que incluso ha llegado a tener sus deferencias con ellos por considerar demasiado brutales sus métodos. Después están muchos suníes sirios e iraquíes que han sido víctimas de la opresión chiita en sus respectivos países; en Irak después de la caída de Saddam Hussein, en Siria desde que gobierna la dinastía Al Assad. Muchos de estos sunitas son desertores del ejército sirio o miembros del ejército iraquí de Saddam disuelto por los norteamericanos tras la invasión de Irak en 2003.
Hay un tercer grupo, también numeroso de combatientes venidos de países occidentales y que tienen nacionalidad de esos países de procedencia.
LA YIHAD OCCIDENTAL
Una de las grandes preocupaciones de Occidente es el reclutamiento de yihadistas para combatir con el Estado Islámico. Esta preocupación proviene no solo de su incorporación a filas del Estado Islámico, sino por la capacidad para cometer atentados terroristas en suelo occidental o contra intereses occidentales a su retorno al país de procedencia, consecuencia de su experiencia de combate y motivación que pueden adquirir en Siria e Irak.
La mayoría de estos voluntarios proceden de segundas o terceras generaciones de musulmanes instalados en Europa u otros países. Generalmente son jóvenes que encuentran en la yihad una referencia que de sentido a su vida. Viven en barrios marginales, donde abunda la delincuencia, la droga y el desempleo. En España esa recluta se da principalmente en Ceuta y Melilla. Para los reclutadores la miseria es un terreno muy abonado: la yihad es su única esperanza.
Las redes sociales son un elemento muy importante para la propaganda y reclutamiento. Aunque al final del proceso siempre existe un contacto humano que es el que finaliza y asienta la recluta y le proporciona los medios para desplazarse a países como Turquía, por la facilidad e transporte desde cualquier país occidental, y donde se les ayuda a pasar la frontera e integrarse a los campos de entrenamiento donde se convierten en yihadistas.
¿HAY ALGUNA ESPERANZA CONTRA LA AMENAZA DEL ESTADO ISLÁMICO?
Parece que los errores del pasado pueden volver a cometerse. Comencemos por los bombardeos. Suponiendo que la guerra fuera la solución al conflicto los bombardeos por sí solos no sirven para cortar la actividad expansiva del Estado Islámico. Por tanto, habría que emplear medios terrestres para asentar las ventajas que proporcionan los ataques aéreos.
No parece que la mayoría de los estados occidentales estén por implicar a sus fuerzas armadas en semejante campo de batalla. Las razones: costes humanos y económicos difícilmente soportables por unas opiniones públicas muy sensibilizadas con los asuntos militares y poco convencidas de la efectividad de estas medidas.
Los actores externos no tienen una estrategia común, cada uno intenta sacar beneficio de la situación. Estados Unidos no quiere perder esa zona de influencia geoestratégica, el Estado Islámico ha reavivado su afán intervencionista en la región que parecía calmado con la llegada de Obama y la retirada de las tropas de Irak. Rusia, más ocupada ahora en Ucrania, mira con preocupación la expansión del Estado Islámico por lo que pueda repercutir en sus fronteras, en las repúblicas ex soviéticas y mira con recelo las convulsiones que puedan afectar a su aliado Al Assad. China a la expectativa de que Irán, su principal socio en la zona no sufra desperfectos. Europa, como siempre, sin una política exterior común.
Turquía más preocupada por los separatistas kurdos, que también combaten en Siria e Irak por alcanzar su ansiado Estado. Irán feliz que Estados Unidos bombardee a sus enemigos sunitas del Estado Islámico. Mención especial merece la confusa actuación de los países musulmanes más influyentes, principalmente las monarquías del golfo, que pueden estar apoyando al Estado Islámico, cuya intervención para la pacificación de la región sería fundamental. Pero de nuevo nos encontramos con la rivalidad interna de las corrientes mayoritarias musulmanas, entre los intereses árabes (suníes) y persas (iraníes, chiíes).
Todo eso permite que norteamericanos y otros aliados bombardeen suelo sirio e iraquí sin resolución alguna del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A ninguno de los miembros de ese Consejo les conviene que prospere el Estado Islámico.
En cuanto a la preocupación occidental por posibles atentados es lógica, tienen que poner mucha atención a la inteligencia, información y sistema judicial para la prevención de acciones terrorista. No obstante, el principal medio de prevención es el análisis de las causas por las cuales jóvenes occidentales o de otras nacionalidades se enrolan en las filas yihadistas.
No hay mucha esperanza para resolver un conflicto tan complejo, con tanta historia, con multitud de actores internos y externos, con diferencias étnicas y religiosas, con tantos recursos naturales en juego. Pero si existe alguna duradera en el tiempo debe comenzar por:
- No exacerbar, ni contribuir a la expansión de la idea “ellos/nosotros”, la idea del choque de civilizaciones. Para ello es necesaria la cooperación en materia de educación e información. La idea de la división, la inevitabilidad de la confrontación solo favorece a los intereses de quienes la propugnan, y los hay en los dos bandos.
- Prevenir la exclusión social mediante políticas de integración, de creación de empleo, de disminución de la pobreza y la desigualdad son la principal medicina preventiva para combatir la enfermedad terrorista.
Nota.- Sobre el Estado Islámico más información en este blog:
http://jjolmos.wordpress.com/2014/09/28/bombardeos-contra-el-estado-islamico-son-eficaces/
Javier Jiménez Olmos
29 de octubre de 2014
Querido Javier,
nunca me decepcionas. Me parece una excelente crítica a ese absurdo e injustificado rol civilizador que nos hemos autoasignado. Como bien dices, poner el foco en tan superfluas diferencias no hace más que enconar y avivar los problemas existentes, sin oportunidad de resolverlos, pues la religión no tiene nada que ver con el orgien y desarrollo de todos estos movimientos.
Como bien dijo un célebre autor de hadices, «primero el conocimiento, luego la palabra y la acción». Nosotros nos hemos saltado el primer paso. Desde Marruecos, con conocimiento sobre el terreno, puedo afirmar que aquí,conocen mucho mejor la cultura occidental que nosotros la suya, saben distinguir muy bien entre política y sociedad, entre fanatismo y religiosidad… Toleran desde la mujer más descotada hasta la más cubierta, y aceptan a cualquier ciudadano del mundo, independientemente de la confesión a la que pertenezcas, cómo te vistas o qué idioma hables.
Deberíamos aprender mucho de ellos, en vez de encerrarnos en nuestros infundados y falsos preconceptos sobre una civilización que se encuentra, nos cueste más o menos aceptarlo, profundamente arraigada en la cultura española.
Un abrazo y ehorabuena por tu labor.
Muchas gracias a ti por tus comentarios, amigo Darío. Entre todos hay que contribuir a crear un clima de respeto y acercamiento a través del conocimiento. Un abrazo
Para Richard N. Haas, el escenario actual es consecuencia de “que estamos presenciando el fin de una era en la historia mundial y el comienzo de otra” y coincide con su análisis, Javier, al añadir, “otras razones del creciente desorden global surgen de Estados Unidos. La Guerra de Irak, en 2003, exacerbó las tensiones entre sunnitas y shiítas, y eliminó una barrera crucial contra las ambiciones iraníes. Más cerca en el tiempo, Estados Unidos pidió un cambio de régimen en Siria, pero luego no ayudó a producirlo, incluso después de que las fuerzas del gobierno, desoyendo advertencias estadounidenses, usaron más de una vez armas químicas; el resultado fue un vacío regional que llenó el Estado Islámico. Y aunque formuló una nueva política de mayor presencia en Asia (el denominado “giro estratégico”), Estados Unidos hizo poco por concretarla. Estos y otros hechos extendieron las dudas sobre la credibilidad y confiabilidad de Estados Unidos, lo que llevó a cada vez más actores estatales y no estatales a actuar en forma independiente.”
Aunque estima que es posible “resistir y frenar el nuevo desorden”, teme que “todo esto se vea constreñido por la política interna de los países, la ausencia de consenso internacional y la pérdida gradual de influencia de Estados Unidos, al que ningún país puede reemplazar y al que pocos están dispuestos a ayudar a promover el orden. El resultado será, en comparación con el período posterior a la Guerra Fría, un mundo menos pacífico, menos próspero y menos capaz de resolver los desafíos que enfrente.”
No sé, si también comparte este diagnóstico al que llega Haas.
(http://www.project-syndicate.org/commentary/new-era-of-global-instability-by-richard-n–haass-2014-10/spanish#qgitfvV3t2dfc2G4.99)
Estimado Andrés, he leído el artículo que menciona. Comparto el análisis y la preocupación final. Pero a mi juicio falta una aspecto que tratar. Para mi, el principal causante de ese desorden es el propio sistema de capitalismo global. Una capitalismo exacerbado, sin rostro, perversión del liberalismo económico tradicional, que con sus defectos tenía un rostro humano. Este neocapitalismo provoca más desigualdad y pobreza, lo que es causa primaria de los conflictos sociales. Desde el punto de vista de la seguridad nacional e internacional defiendo la tesis de que este sistema socioeconómico imperante es la principal causas de inseguridad (lo desarrolle en mi libro «Seguridad Internacional. Del poder militar a la seguridad humana», en el capítulo 4 dedicado a riesgos y amenazas). Muchas gracias por su colaboración.
Estimado Javier, nuevamente nos alumbras con tu conocimiento profundo de estos países y sus complejos entramados, amén de los intereses de países poderosos que, lejos de querer ayudar, sólo buscan su interés propio y beneficio, como siempre.
Cuándo terminará esto…?
Muchas gracias por tus artículos.
Ricardo Soláns
Muchas gracias por tu comentario amigo Ricardo.
¡GRACIAS! Tan de acuerdo, que me parece oir – leer, expresado de forma clara contundente, mi propio sentir. En física, ¿solo en física? el tiempo es relativo. El «pasado» impregna el presente y el futuro. Todo es presente. Las guerras de religión-la Inquisición-las expulsiones-el reparto de tierras en la Conferencia de Berlín-la descolonización-el garrote vil-la guillotina-
«Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la Luz».
«Uno es el que siembra y otro el que siega» ¡¡Sembremos verdad!! Es lo que usted hace. GRACIAS
Gracias a usted Isabel.