images (1)Los líderes son aquellas personas capaces de influir en otros individuos, de motivarlos, de convencerlos para alcanzar unos objetivos comunes. Los líderes son los artífices del cambio, de la transformación de los sentimientos individuales en colectivos, de hacer que los sueños sean posibles.

Cuando los líderes se empeñan en presentar una realidad que solo ellos perciben, los seguidores, perplejos por la disonancia entre lo transmitido y las vivencias personales, pueden dejar de aceptar ese liderazgo. Es cierto que siempre habrá incondicionales, a los que poco les importarán los datos objetivos ni las experiencias propias o cercanas. Siempre podrán justificar las decisiones y actuaciones de sus líderes mediante el traspaso de responsabilidades. Esta actitud de liberar a su líder de culpa sobre errores o fracasos vendrá, seguramente, orquestada desde el propio líder o sus círculos cercanos con el fin de hacer creer a sus incondicionales que todo es culpa de circunstancias que no se pueden controlar o de intromisiones consecuencia de normativas que se deberán modificar.

gandhiSin embargo, los líderes verdaderos no se escudan en terceros para disimular o justificar sus actos y decisiones. Los líderes auténticos actúan y se hacen responsables de cada una de sus decisiones. Cuando asumen el liderazgo deben ser consecuentes y coherentes. Consecuentes con la asunción de responsabilidades inherentes a su función, lo que quiere decir, entre otras muchas cosas, que deben ser conscientes de que si asumen el liderazgo es porque piensan que pueden mejorar actuaciones anteriores y no para lamentarse continuamente de lo mal que lo hicieron sus predecesores. Y coherentes con todo lo que prometieron a sus seguidores con el fin de solucionar los problemas de la comunidad.

Estos líderes asumen el pasado para transformarlo según su visión, comunicada y aprobada por sus seguidores. Lo hacen con entusiasmo motivador, con racionalidad apasionada. Los líderes aprenden las lecciones de la historia pero no se recrean en ella, ni la utilizan como excusa fatalista para justificar su fracaso a la hora de resolver los problemas presentes.

Los líderes deben ser sensibles, pensar que sus decisiones pueden causar tremendos sacrificios a sus seguidores. Cuando deciden, lo explican con el respeto que merecen las personas a quienes pueden perjudicar sus resoluciones, y, además, cuidan sus gestos para no ofenderlas, principalmente los más débiles.

teresaLos líderes no reprimen, convencen. Comunican continuamente con aquellos a los que dirigen. Lo hacen con sinceridad, con honestidad. Reciben las protestas como parte implícita al ejercicio del liderazgo. Huyen del aplauso incondicional y de las adulaciones interesadas. Consideran la crítica y la autocrítica como parte fundamental del progreso en todos los órdenes de la vida.

Los líderes que pasan a la historia son aquellos capaces de integrar, de trabajar sin descanso para lograr acuerdos, para realizar cambios en los que todos aporten y participen. Huyen de conductas unilaterales, de negociaciones de suma cero en las que una parte gana todo y la otra nada. Sus discursos y sus actuaciones se realizan pensando en que todos, incluidas las minorías, merecen respeto a sus valores y creencias, a su cultura y forma de vida.

Los auténticos líderes están en permanente contacto con la realidad que viven sus seguidores. Aunque, dependiendo del nivel de liderazgo, el contacto directo puede ser una tarea difícil, sí pueden recibir esa información más próxima a los seguidores a través de informes de organismos, entidades u otras organizaciones no ligadas jerárquicamente a los líderes. Los estudian, los analizan y en su caso los valoran. El líder acepta con humildad las críticas y las protestas, pide perdón por sus errores y, llegado el caso, deja su puesto a otro si comprueba que sus decisiones no conducen a los objetivos esperados.

imagesLos líderes transformadores motivan para lograr los cambios que mejoren la sociedad y el bienestar de las personas que la componen. Motivan con su ejemplo, su coherencia, su honestidad y su habilidad para resolver los problemas actuales y planificar de modo que no se den en el futuro.

Los buenos líderes no se corrompen, ni dejan que nadie lo haga; son transparentes, abren las puertas de sus despachos y de su corazón.

Para esos buenos líderes la ética es su bandera.

Javier Jiménez Olmos

4 de abril de 2014

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