Ayer 4 de agosto de 2023, se presentó el acuerdo entre el Partido Popular y VOX para formalizar un gobierno de coalición en Aragón. Nada mejor que leerlo con detenimiento para comprobar la intencionalidad de este pacto.

En la presentación pública del mismo, el representante de VOX se refirió a una nueva época en Aragón en libertad y sin sectarismo político (parecía inferir que hasta ahora no había libertad en Aragón y que su partido no era sectario).

El representante de VOX anunció la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Aragón (que también habría que leer para comprobar lo que no les gusta de esa ley); la representante del Partido Popular que lo acompañaba asintió y añadió que ellos en su día ya habían votado en contra.

Conviene también recordar que VOX fue el único partido que voto en contra de la ley de Cultura de Paz en Aragón. Entonces el PP sí que respaldó afirmativamente esta ley.

Las leyes de memoria histórica y de cultura de paz fortalecen la democracia. Permiten conocer el pasado, en el primer caso, y fomentar la convivencia pacífica en el segundo. Derogar la primera significa dar pábulo a revisiones históricas que justifiquen totalitarismos y dictaduras. No han mencionado nada de la cultura de paz, pero presumo que tampoco es de su agrado, a la vista de sus discursos de negativa a esta ley, el día de su aprobación en las Cortes de Aragón.

De acuerdo con el resultado del 23J hay una evidencia comprobada: al menos la mitad de los españoles no han considerado los mensajes agresivos y destructivos de PP y VOX contra el Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez.

La anunciada moderación del PP, tras la llegada de Núñez Feijóo, se ha visto diluida y absorbida, por el discurso reaccionario de VOX, hasta tal punto que es difícil distinguir las proclamas de algunos de sus líderes, como es el caso de Ayuso, de los del partido de ultraderecha.

Quizás haya todavía entre una parte de los conservadores españoles un sustrato significativo de añoranza de un pasado ya superado.

Sin embargo, las derechas liberales europeas, tras la Segunda Guerra Mundial y el periodo de la guerra fría, se apartaron de cualquier justificación de los totalitarismos nazi y fascista, más aún, los condenaron sin reservas.

Los conservadores de la democracia cristiana fueron, junto con los socialdemócratas, los impulsores de la Europa de los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos.

Sin embargo, puede que una parte del conservadurismo español esté todavía imbuido del nacional catolicismo del régimen franquista. Por eso, no es de extrañar el nacimiento de VOX y la condescendencia de esa parte de los conservadores españoles con la dictadura franquista. De ahí su interés en derogar la memoria democrática.

No reconocerán ni el golpe de Estado de julio del 36 contra la República, ni los crímenes del franquismo. La historia española será modificada para justificar su apoyo a la dictadura de la que jamás se han desligado, a la que nunca han condenado.

No obstante, el fenómeno del reaccionarismo político no es exclusivo de España porque su crecimiento es un hecho evidente en Estados Unidos y en Europa. Puede que en España la memoria histórica de la dictadura actúe como parapeto contra esa corriente reaccionaria.

Existe otro factor que distingue al conservadurismo reaccionario español: el apoyo de la jerarquía católica española y los medios de comunicación que sustenta; y es curioso, porque su doctrina -la de esa jerarquía eclesiástica española- difiere conceptualmente de aquella que predica actualmente el Papa Francisco.

Haría muy bien la derecha española en soltar el lastre reaccionario, le convendría no cerrar puertas a millones de personas que en otras circunstancias no se opondrían a tratar con ella, más aún, se podrían llegar a acuerdos beneficiosos para el Estado español, para conseguir una sociedad menos polarizada, para fomentar el diálogo y el respeto a la diversidad, para fomentar la cultura de paz.

El silencio

El silencio, cruel amigo

de la culpa aliado

para ocultar el pecado

y la palabra del testigo

El silencio impuesto, ordenado

por el miedo y la tortura,

en el alma la amargura

y el corazón destrozado

Se ha silenciado la historia,

esa verdad tan oscura

asustaba la memoria

El silencio liberado

de esa cárcel tan dura

tantos años atrapado.

Javier Jiménez Olmos

5 de agosto de 2023

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