La historia de España está repleta de militares que quisieron intervenir en política. La gran desgracia para este país es que en la inmensa mayoría de los casos lo hicieron para acabar con el sistema establecido mediante golpes de estado, usando la fuerza de las armas para imponer lo que consideraban mejor para la patria según su particular entender. Los más jóvenes han oído hablar del último de ese intento de subvertir el orden constitucional. Los más veteranos lo sufrieron en sus carnes. El 23 de febrero de 1981, un grupo de militares trató de acabar con el sistema que los españoles habían votado mayoritariamente en 1978. Mucho antes, en 1936, otro grupo de militares se sublevó contra el orden constituyen provocando una guerra civil, cuyos efectos morales perduran hasta nuestros días.
Es posible que muchos de estos militares actuaran movidos por su inmenso amor a España, aunque no tuvieron en cuenta que España está fundamentalmente compuesta de españoles, personas con sus derechos que merecían el respeto y la libertad de decidir por sí mismos. No tuvieron en cuenta que eran servidores públicos y que se debían a su pueblo y no a designios divinos o motivaciones superiores a la del resto de los españoles. Lo cierto es que vulneraron la legalidad vigente y en casos como la rebelión de 1936 fueron responsables de una larga y cruenta guerra civil.
En los últimos días hemos recibido la noticia de que un militar de alta graduación en la reserva, que ha sido máximo responsable de las fuerzas armadas españolas, ha decidido pedir el retiro para presentarse a las elecciones por un determinado partido político. Y curiosamente, a algunos grupos sociales y políticos no ha gustado la decisión. Desde los sectores más conservadores lo consideran una traición a los valores de la milicia, desde los más progresista lo observan con recelo y desconfianza.
Conviene recordar que los valores patrios no corresponden a ninguna ideología ni movimiento social. Cada uno siente la patria según su forma de concebirla. El concepto de patria no es universal ni patrimonio de nadie. Por eso, y a la vista de la historia de España, es muy reconfortante comprobar que haya militares (como cualquier otro profesional) que quieren cambiar, modificar o reformar la sociedad mediante la participación democrática, como miembro de un partido político legal, presentándose como candidatos a unas elecciones libres.
La inmensa mayoría de los militares del siglo XXI son profesionales con un alto grado de formación y, como personas integradas en la vida civil, tienen las mismas inquietudes políticas y sociales que el resto de los ciudadanos. Sin embargo, por razones legales no pueden manifestarse a favor de una determinada opción política mientras conserven su condición de militar. Efectivamente, la Constitución de 1978 es clara en su artículo 70 en cuanto a la participación política de determinadas profesiones como miembros del poder judicial y militares.
Pero una vez que un militar ya no activo, de manera voluntaria, y de acuerdo con la legalidad vigente, decide participar en la política como militante de una formación política o presentarse a unas elecciones políticas por un partido determinado que esté legalmente constituido, está en su derecho, y nada ni nadie puede presentar objeción alguna, ni tratar de impedir o obstaculizar esa decisión. Menos aún intentar desprestigiar su trayectoria profesional por ese hecho.
Los militares no son personas ajenas a lo que sucede en la sociedad. Ellos y sus familias viven en el mundo real con los mismos problemas que a diario tienen la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país. Como tales, tienen todo el derecho a participar en elecciones y expresar su forma de pensar en el ámbito privado. La ley restringe ese derecho de libre expresión sólo en el ejercicio de su cargo y por razones de seguridad y confidencialidad. Por tanto, en su ámbito estrictamente privado pueden manifestar sus simpatías. El militar puede participar en asociaciones de vecinos, en asociaciones culturales etc. Y, por supuesto, cuando la ley de incompatibilidad y sus titulaciones académicas se lo permitan, ejercer como docente y, por tanto, tener su derecho a libertad de cátedra. Insisto, la neutralidad se refiere exclusivamente a la no militancia y al desempeño de su mando o destino.
Sin embargo, la prudencia y formación de la inmensa mayoría de los profesionales de la milicia les hace ser muy reservados en cuanto a la expresión de cualquier tendencia política. Por eso, sorprende a la opinión pública que un militar retirado pueda ingresar en un partido político. Buena señal esa sorpresa, es consecuencia de que ese militar ha sido tan buen profesional que ha servido lealmente a los españoles independientemente del gobierno de turno. Pero nada, ni nadie le habrá impedido durante ese tiempo tener su propio criterio, su ideología y su manera de ver España.
Será un signo de normalidad democrática, de que en este país se han superado prejuicios históricos de una y otra parte, cuando profesionales de las Fuerzas Armadas, como cualquier otro profesional, decidan pertenecer a partidos políticos una vez se lo permita su situación administrativa, y presentarse para representar a otros españoles. Más aún, es deseable que personas muy cualificadas profesionalmente puedan ser miembros de los órganos representativos de los españoles.
Sean bienvenidos todas las personas que por los cauces democráticos establecidos por la ley quieran participar en la vida política. Y si son militares en la situación legal que se lo permita, también.
Javier Jiménez Olmos
7 de noviembre de 2015
Buenos días, Javier
En el caso que nos ocupa hay cosas muy interesantes porque del tema han hablado ya algunos articulistas cono Anson y Neira.
No puedo traer el enlace porque el artículo de Neira en la Nueva España (Oviedo) no es en abierto pero, en resumen, se habla de que el general estaría «tomando partido» –según algunos con el visto bueno del Pentágono que está acostumbrado a que sus retirados pasen a empresas y a la política–.
¿ Y qué partido está tomando?
Pues curiosamente uno que no tiene mucho que ver con la política nacional porque ambos articulistas se refieren al Enfrentamiento Europeo entre el grupo de los países «Anglos» y el de los «Carolingios».
Esto no ha salido en prensa pero es conocido que desde la crisis de Ucrania se ha visto claramente el coste que para Europa tiene seguir en la Geo Estrategia USA y que se está produciendo un cisma de notables proporciones.
Nada es ajeno al imperio y si algo llama la atención en Europa es ver el Silencio de una Izquierda que ante cosas como el golpe de estado de Ucrania, las Guerras y Golpes de estado en los países árabes (todos con muertos a cientos de miles y refugiados a millones donde no los había) se limita a lo Paliativo y calla ante las iniciativas militares y de inteligencia que llevan veinte años cambiando el mapa a peor y que son la causa de Millones de Refugiados. De estas cosas no hablamos pero en cuanto alguien nos pone la foto de un niño muerto nos olvidamos de cientos de miles de otros niños y pasamos a bramar por los «refugiados».
–¿Y sus causas?
–No, esas………….. mejor las callamos.
A ver si el Tte. General nos explica abiertamente el silencio.
Saludos cordiales.
Excelene post. Mis felicitaciobnes
Un abrazo
Rodrigo Córdoba
No podía estar más de acuerdo contigo Javier. Lo estuvimos comentando (en la misma línea) con Andrés. Un abrazo
Magnifico post Javier. Un abrazo
Los términos legales sobre la actuación política de los militares en españa que mencionas son los que son y no voy a entrar lógicamente en ellos. Sí en tu valoración de la desconfianza que produce el que este ya ex-general pueda suponer un aporte saludable a un cambio en las políticas de defensa (no ya en implementar una Cultura de Paz, que hay que recordar que ninguna opción de gobierno plantea) cuando no recuerdo que presentara la más mínima objeción al bombardeo de Libia, donde no se le debió ni pasar por la cabeza en su momento dimitir de las «altas» y bien remuneradas responsabildades que ostentaba en la JEMAD, y decidió actuar militarmente en ese país, a donde envió mancomunadamente con el resto de la Junta, a 4 cazas EF-18 Hornet del ejército español, contribuyendo así a reforzar a la peor de las dictaduras: la de la guerra.
Él es uno más, por tanto, de los responsables del desastre actual que se inició por medio de la guerra en Afganistán (que favoreció la extensión de Al-Qaeda por todo el planeta), en Irak (que ahora se ha pretendido emular de nuevo recientemente con las maniobras de la OTAN, organización armada que respaldan tanto este militar como la formación a la que se ha arrimado) o, directamente, de intervenciones militares como la de Libia (de cuyas costas ahora parten -en ocasiones también hacia la muerte- miles de personas hacia una Europa carente de una mínima verguenza instucional que la forzara a ampararlas).
Todos estos «respetables actores» han favorecido el nacimiento, incremento y extensión de nuevos entornos y modalidades para ese otro terrorismo (éste sin siglas oficiales como el que practica la organización atlántica, por ejemplo mediante el asesinato de centenares de civiles mediante drones en Afganistán) del que nos «informan» al estilo oportunamente modulado de los medios televisivos, que tan bien le viene a la organización militar.
Por cierto, recomiendo vivamente la relectura del artículo de hace un año del propio Javier sobre el enfrentamiento armado libio, y nos daremos cuenta que si alguien quiere presentar el curriculum de Julio Rodríguez como algo positivo por haber pertenecido a esa JEMAD que participó en el bombardeo de LIbia se está cubriendo de «gloria»: https://jjolmos.wordpress.com/2014/11/16/el-conflicto-de-libia-hay-solucion/
¿Prevaricó el gobierno?
De acuerdo con el relgamento de la Real y Militar Orden de San Harmenegildo, párrafo ultimo del art 7º
‘El nombramiento y cese de los Vocales se hará por Orden Ministerial, oido el Gran Canciller respecto de los señalados en los párrafos b) y c)’
No ha mediado expediente de baja, de acuerdo al art 23; se supone con audiencia y alegacio del interesado.
La ultima Asamblea se ralializó en 15 de octubre y la proxima será el 12 de Noviembre, según se puede ver el la web de la Orden.
http://www.rmo.mde.es/noticias/sanhermenegildo/listaNoticias/noticiaSH1.html
Creo que todo esto es una manipulación mas. Creo que por lo publicado, tiene derecho a participar en politica, y defener sus ideas e ideales, pues es un retirado (y era cuando el gobierno hizo su decreto), y por tanto; no tiene las limitaciones que le asigna la Constitución, ES UN CIUDADANO MÁS.
impecable reflexión, aunque con la objeción de que el «escándalo público» relativo al asunto parece ser más por su presentación en política de la mano de miembros de un partido que contrasta con el contexto de nuestra alianza y de la política de seguridad de España, que por desear presentarse a las elecciones cuando esté retirado.
A partir de hoy, día en el que se ha publicado la concesión rápida de la petición de retiro del Gral. Rodríguez, que se afilie y/o se presente por el partido que quiera. Y como estamos en una democracia, y el referido militar parece que quiere adquirir una nueva imagen pública en un otro ámbito, que cada uno piense o diga de él lo que considere; y que él, o sus nuevos correligionarios, no apelen nunca a su anterior estatus como valor político.
JL.
Tras estos eruditos comentarios, ¡qué atrevimiento el mío! He leído con todo mi interés y compromiso hacia la cultura de paz, tu artículo y los comentarios en especial el 2º de Jesús. Gracias a los dos. He vuelto hacia el artículo que no había leído y que hoy recuerdas, «claveles marchitos», Aquella heroica valentía, la celebré en Francia con mis amigos portugueses ! ¡¡Cuánta emoción!!
Hace un par de días te envié la columna de Miguel Angel Aguilar en El País…Acabo de leer en el mismo periódico, pág. 24 la columna de Miguel González «Militares y política: un paso al frente casi sin retorno». Solo destacaré este párrafo: «Fue el general Manuel Gutierrez Mellado quien, al inicio de la transición, cortó de cuajo la pasarela, obligando a colgar el uniforme a los militares que quisieran dedicarse a la política. Con esta medida, quiso evitar que las listas de la ultraderecha, en las primeras elecciones democráticas, se llenaran de galones y entorchados….».
¡Qué delicado! ¡Qué difícil! Los ejércitos…perdón,…los militares…dan miedo. ¡Porque tienen en su poder armas bélicas cada día más sofisticadas, cada día más fáciles de manejar, de conseguir…ejército de paz…(?)
Hola, Isabel. Hemos coincidido dos personas firmando con el mismo nómbre, mi comentario es el segundo, y mi nombre es el que figura escrito correctamente con acento. En mi modesta opinión «La única maniobra militar honorable es la retirada», y «Ningún ejército defiende la Paz» son dos expresiones que, pese a todo lo que nos pretenden inculcar desde los distintos poderes, reflejan claramente, especialmente la segunda, lo absurdo de pretender conseguir resolver conflictos mediante las armas. Los ejércitos son herramientas que siempre han estado y estarán, por definición, en manos de intereses ajenos a la paz. Contentarse con una supuesta sociedad democrática que, sin embargo, fundamenta su actuar y su defensa en los ejércitos es tan contradictorio como los inicios de aquella democracia griega que conseguía el bienestar de las personas libres gracias a la existencia de esclavos: queda mucho por evolucionar, pero hacerlo está en las manos de la gente común, no de los militares. No existen caminos para la paz, la paz es el camino.
SÍ, ¡GRACIAS!
Simplemente impecable Javier
Circula por el correo electrónico de media España una carta que no deja a esta persona en buen lugar. Con permiso voy a reproducirla. Está firmada por un Capitán de Infantería con nombres y apellidos.
Me la ha enviado un amigo militar hijo y nieto de militares y me consta que –como la inmensa mayoría de los militares que conozco– es Hombre de Paz precisamente porque conocen la guerra y sus efectos mejor que nadie.
Es una carta sencilla.
Dice lo siguiente:
Cita:
«Todos los militares recibimos o impartimos charlas de valores militares, y hoy quiero, aunque sea en papel, impartirte una más, quizá la ultima para ti como militar.
Honor, que bonita palabra, y que difícil de definir. Yo voy a intentarlo.
Honor es defender y respetar nuestra Bandera, esa que juramos, aunque tú me imagino prometiste, defender hasta derramar la ultima gota de nuestra sangre, y que tu compañero teniente de Alcalde de Barcelona ultrajó en el balcón del ayuntamiento.
Honor es respetar al jefe supremo de nuestras fuerzas armadas, SM el Rey, cuyo busto metieron en una caja tus compañeros del ayuntamiento de Barcelona, o cuyo retrato quitaron del lugar preferente que por ley le corresponde, o como tus mas cercanos compañeros de Zaragoza, humillaron tratando de quitar su honroso nombre de un polideportivo.
Honor es respetar la memoria de nuestros muchos camaradas asesinados por la ETA, y con cuyos palmeros gobiernan tus compañeros de Navarra.
Honor es la divisa de nuestra querida Guardia Civil, a cuyos miembros, tu compañero Alcalde de Cádiz, permitió , con una sonrisa en sus labios llamar hijos de puta en un acto publico.
Honor es la lagrima callada de las familias de nuestros camaradas fallecidos en misiones internacionales, en las que tu, a pesar de llegar a General, no tuviste la suerte de participar, ya que alguien debía quedarse cuidando los despachos.
Honor es jugarse la vida contra piratas en aguas somalíes, aunque el tuviese potestad para ordenar actuar contra ellos , prefiriera el silencio, o quizás el dialogo.
Honor es morir en aguas del Atlántico, vistiendo el honrado uniforme del nuestro querido Ejercito del Aire, del que tu has decidido desprenderte para vestir la mas cómoda camisa vaquera.
En fin, el Honor es eso que cuando se pierde, ya no se recupera.
Quizás te parezca pretencioso que un pobre Capitán quiera dar hoy la lección de moral, pero que sepas que hacerlo ha sido para mi todo un Honor.
No quiero acabar sin recordarte el lema que aprendí hace mas de treinta años en mi querida academia de Talarn, y que un político, como tú eres ahora, ordenó quitar de nuestro monte Constampla:
A ESPAÑA SERVIR, HASTA MORIR.
Atentamente
Fin de cita.
Hay cosas que son legales pero que, efectivamente, son de dudosa honorabilidad. Quizás habría que hacer algo por recuperar, junto a la palabra Paz, un cierto sentido del Honor que, en el fondo, no es más que lealtad, coherencia y respeto a uno mismo y a los demás. Paz y Honor suelen ir juntos.
Saludos cordiales
Eurostat 2013, el último publicado sobre esta materia, ofrece dos datos escalofriantes de las ciudadanías de 28 países europeos.
La Valoración Ciudadana del…..
1. Sistema Político es de 3.5 sobre 10.
2. Sistema Judicial es de 4.6 sobre 10.
Es decir aquello con lo que Bombardeamos al mundo recibe un sonoro Suspenso por parte de los Ciudadanos Europeos.
Al mismo tiempo el Ejército suele ser la Institución mejor valorada por las ciudadanías de estos países. Precisamente por el comportamiento honorable y la coherencia con los valores proclamados.
Están a las órdenes de los Políticos.
Pues si Javier. Tienes razon desde la primera a la ultima palabra.
Que le vamos hacer. Asi es este pais nuestro, de mequetrefes acomplejaos , incapaces de aceptar a los que sienten o piensan distinto.
Ya cambiara.
En cierta ocasión escuché una conferencia del P. Alemany sobre un derecho de nueva creación: El Derecho humano a la Paz.
El conferenciante hizo un muy buen trabajo sobre un tema difícil y salí de la conferencia con la sensación de que aquello podría ser utópico pero al mismo tiempo era razonable y necesario. Algo que tenía mérito más que suficiente para seguir adelante al menos como horizonte «evolutivo» de la especie. Un objetivo valioso.
Por otra parte, cuando cada día nace un derecho nuevo –con el correlato de que nos sea obligatoriamente pagado por otros– surge la duda de si estamos hablando de un derecho verdadero o de un mero derecho «positivo» de los que usa el Poder para comprarnos, sujetarnos y hacernos sus «dependientes».
En una cultura que ha eliminado de raíz cualquier vestigio de Derecho Natural y cualquier Absoluto no deja de ser curiosa la proliferación de Derechos que salen al mercado político.
Me llamaron la atención dos cosas:
1. Que los países que menos caso hacen de este horizonte son precisamente las Democracias Representativas Occidentales pero tampoco me creí que los estados que estaban a favor lo hiciesen sinceramente. Siempre es una buena estrategia atar las manos de tu adversario cuando es más fuerte que tú.
2. Que este derecho se postule como un derecho colectivo y no individual.
Esto no encajaba y además no era necesario para su defensa conceptual. Al contrario.
De hecho crea un rechazo racional e inmediato por quienes ponen al ser humano individual en el centro del esquema social.
Esta brecha me pareció empobrecedora del concepto porque lo alinea con los intereses de sociedades «telocráticas»: predefinidas y sin una concepción explicitable del ser humano.
La Iglesia, en sus años de mayor esplendor intelectual, siempre justificó la Defensa Propia llegando a tenerla incluso por una obligación moral. De hecho condenamos el suicidio y en determinadas situaciones no defenderse es el equivalente moral del suicidio y hasta del homicidio de aquellos que dependen de nuestra protección.
Esto fue hace un par de años y desde entonces no he vuelto a oír ni a leer nada sobre el tema pero de alguna forma el artículo de Javier me lo ha recordado.
En el campo ideológico y político europeo parece ser que el PSOE, Pocemos y Ciudadanos se han alineado en la trinchera «Anglo» (OTAN sí, etc) frente a los «Carolingios».
Esto es un factor que quizás no debamos olvidar en la decisión del Tte. Gral. Rodríguez.
Saludos
Totalmente de acuerdo.
Enhorabuena de nuevo por poner los puntos sobre las íes, Javier