INTRODUCCIÓN
La invasión de Irak, llevada a cabo por una coalición militar liderada por Estados Unidos, ha sido una catástrofe para la estabilidad de Oriente Medio. El entonces Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ya advertía de la cautela que se debía tener con esa invasión. Powell, miembro del partido republicano y militar de enorme prestigio, sonaba como una voz disonante dentro de los halcones de su partido. No obstante, permaneció leal a su presidente George W. Bush y no abandonó su puesto, a pesar de sus dudas sobre la invasión en busca de las supuestas armas de destrucción masiva que poseía en régimen iraquí de Sadam Husein.
El 20 de marzo de 2003 comenzó la anunciada invasión y los temidos ejércitos de Sadam Hussein fueron derrotados en pocas semanas. El presidente Bush dio por concluida la victoriosa guerra el primero de mayo de ese mismo año. No se encontró, ni se ha encontrado, rastro alguno de las armas de destrucción masiva. Las otras dos grandes excusas para esta aventura invasora fueron la implantación de la democracia y la connivencia del régimen de Sadam Hussein con Al Qaeda. Con el paso del tiempo tampoco han demostrado ser ciertas tales afirmaciones.
El 9 de abril de 2003 una grúa norteamericana derribaba la estatua de Sadam Hussein que se alzaba en la Plaza Paraíso. Con esa estatua caía el régimen, pero con ella también lo hacía algo más importante: la estabilidad en la región de Oriente Medio. Todo el equilibrio de poder interno y externo se iba al traste con esta invasión tan mal planificada como gestionada, algo que ya muy pocos se atreven a discutir a la vista de todo lo sucedido desde entonces. Collin Powell no erraba, había que tener mucha precaución.
Para gestionar la ocupación se designó a Paul Bremen (conocido como Jerry) un diplomático norteamericano que demostró tener escasa o nula sensibilidad con el país y las gentes a las que se suponía debería de administrar como máximo responsable de la fuerza ocupante. Nunca llegó a comprender que el pueblo iraquí lo consideró un invasor. Testigos próximos a su persona cuentan que Bremen se sorprendía de que la resistencia atacara a norteamericanos: “¿Por qué están matando norteamericanos?” Una pregunta inocente y que denotaba el escaso conocimiento de lo que sucedía a su alrededor.
La primera orden oficial de Bremen fue la disolución del partido Baaz, que había sustentado al régimen de Sadam Husein. Una orden que no sopesó las terribles consecuencias que tendría para el futuro de Irak y la región. A partir de ese momento miles de burócratas y militares perdieron su empleo. El estado quedó sin administración pública, sin fuerzas armadas y de seguridad. Un estado que no garantizaba ni la seguridad ni las actividades administrativas más elementales. Paul Bremen no tuvo en cuenta que la gran mayoría de esas personas militaban en el partido Baaz por pura conveniencia o necesidad para mantener su trabajo. El administrador norteamericano cometió el grave error de atajar una ideología castigando a los individuos. No sólo desmanteló el estado sino que se ganó millones de enemigos.
EL NACIMIENTO DE LA INSURGENCIA IRAQUÍ
El pueblo humilde sufrió las consecuencias, pero los dirigente baazistas no estaban resignados a perder su poder militar, político y económico, y estaban dispuestos a luchar y a convencer a millones de sus compatriotas para combatir al invasor y sus aliados internos y externos. Pronto, los depuesto y perseguidos altos mandos militares de Sadam formarían una alianza de conveniencia con los otros grandes enemigos de los invasores: los salafistas wahabistas suníes.
Pero no sólo fueron las motivaciones egoístas de recuperar el poder perdido las que motivaron creación de la insurgencia. En todas las actividades humanas las emociones son primordiales y en este caso el sentimiento de indignidad tuvo una gran influencia en los insurgentes. Recuperar la dignidad perdida por una invasión y una derrota militar fue una motivación muy importante a la hora de reclutar insurgentes.
Paulatinamente la insurgencia fue derivando hacia terrorismo contra objetivos civiles chiíes principalmente. La rivalidad suní-chií era creciente, los suníes consideraban traidores a los chiíes a los que consideraban cómplices de la invasores. A tal punto llegó la rivalidad que en la primavera de 2004 los chiíes, a las órdenes del clérigo Muqtada al Sadr, crearon sus propias milicias para defenderse contra sus enemigos sunís. Sin embargo, para los norteamericanos esa lucha sectaria no era prioritaria.
Abus Musab al Zarqaui
Después de la invasión aparece la figura de Abus Musab al Zarqaui, que comienza a introducir el elemento sectario anti-chií y establece lazos con Al Qaeda. En 2006 se había generalizado la guerra civil en Irak. Por una parte la insurgencia suní y por la otra las milicias chiíes. Los norteamericanos no podían controlar el conflicto. Ese año, los informes de la inteligencia norteamericana afirmaban que se iba perdiendo la guerra en Irak, lo que obligó al presidente Bush a destinar 20.000 soldados estadounidenses más a los que ya estaban en ese país. Además, tuvieron que negociar con las tribus suníes para que colaboraran contra la insurgencia. Con ambas medidas los ataques disminuyeron en casi un 80%. Pero el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, echó por tierra estos logros al desarrollar una política sectaria favorable a los intereses chiíes.
NACIMIENTO DEL ESTADO DE IRAK Y DE LEVANTE (ISIL)
En junio de 2006, el líder de Al Qaeda en Irak (AQI), desde la invasión Abu Musab al-Zaraqaui, murió a causa de un bombardeo norteamericano. Pero lejos de aplacarse la contienda por la muerte del líder insurgente, se recrudeció por todo el país. En octubre de 2006 emerge el nuevo líder Abu Bakr al Bagdadi que crea el Estado Islámico de Irak (ISI, Islamic State of Irak). A finales de 2007 ya se contabilizaban, desde el comienzo de la contienda en 2003, más de 200.000 iraquíes muertos y 4.000 soldados de la coalición invasora.
Muchos de los insurgentes fueron enviados a prisión desde el comienzo de la invasión. Y es en una de esas prisiones, Camp Buka, donde nace el embrión del EI, con Abu Bakr al- Baghdadi como líder supremo, como ya se ha dicho previamente. Otro grave error de invasores y dirigentes chiíes. Camp Buka se convirtió en una verdadera escuela de radicalismo, con al Bagdadi como alumno más aventajado. Muchos de los que allí entraron sin ninguna formación salafista fueron adoctrinados por aquellos que sí la tenían. Camp Buka proporcionó una ideología aquellos que no la tenían. Al Bagdadi se educó en la Universidad de Bagdad y durante su internamiento en Camp Buka consiguió aglutinar a baasista y salafistas. En esa cárcel fue internado después de su captura en Faluya en 2004.
Al Bagdadi se rodeó de jefes del Ejército de Sadam Husein: Abu Muslima Turkmani (ex miembro inteligencia iraquí) y Abu Ali al Anbari (general del ejército iraquí). Al Bilawi uno de los jefes del EI murió a manos del ejército iraquí actual, tenía organigrama de la cúpula del EI. Al Bagdadi y Turkmani se conocieron en Camp Buka junto con otros dirigentes del actual EI. Alrededor del Califa Ibrahim (Al Bagdadi) se encuentran ex dirigentes baasistas, una alianza contra natura de salafistas y nacionalistas laicos. Al Duri, número 2 del gobierno de Sadam Husein, que se encuentra en paradero desconocido, ha alabado la lucha del EI. Uno de los hombres cercanos a él, Abu Ayman al Iraqui es uno de los miembros principales del Consejo Militar del EI, como Abu Ahmed al Alaui, también ex militar de Sadam.
De nada sirvieron las advertencias que hicieron desde algunos sectores moderados del chiísmo y responsables de seguridad internacionales sobre el peligro de esa cárcel. Los norteamericanos argumentaron que era imposible conseguir otra instalación donde se pudieran internar 35.000 personas. El resultado fue que el 15% de los liberados se enrolaron en la insurgencia de nuevo y que 18 de 27 líderes de Estado Islámico de Irak y Levante (Islamic State of Iraq an Levant, ISIL) provenían de Camp Buka.
Los líderes del ISIL eran oficiales y soldados del ejército de Sadam Husein, jefes de tribus suníes, veteranos de la insurgencia suní en Irak y antiguos combatientes en Afganistán y otros lugares de conflicto. Líderes que conocían las técnicas de combate norteamericanas porque habían luchado contra ellos durante muchos años. Todos son expertos en las lucha asimétrica, en el sabotaje, y la guerrilla urbana. Poseían tanques, artillería, vehículos armados. Mucho de este material provenía de la captura las fuerzas armadas sirias e iraquíes, otro lo habrían obtenido mediante compras en el mercado negro con el dinero del que abundantemente disponen.
Los norteamericanos no prestaron demasiada atención a las actividades iniciales del ISIL, pero estos maniobraron oportunamente en sus primeros tiempos para conseguir el apoyo de Al Asad (al que ahora combaten ferozmente) para lanzar sus ataques desde Siria. Fue un acuerdo de conveniencia con el objetivo común de debilitar el poder norteamericano en Irak. No hay que olvidar que muchos de los miembros del ISIL eran miembros del partido Baaz, el mismo al que pertenece Al Asad.
En 2011 las protestas pacíficas contra el régimen de Al Asad se transforman en insurrección. Los actores internacionales comienzan a jugar sus cartas a favor o en contra del régimen. Comienza la guerra civil en Siria. La guerra civil continuaba en Irak. En el 2012 el Primer Ministro Malaki arresto a un miembro de su propio gobierno acusándolo de terrorismo. Y como represalia, en 2013 ordenó atacar las ciudades de Faluya y Mosul, reductos de los suníes.
El ISIL continuaba con su doble estrategia de guerra en Siria e insurrección y terrorismo en Irak. Mientras que los medios occidentales se centraban en noticias sobre la captación de combatientes para el ISIL en Occidente, la mayor recluta para la organización se efectuaba en Asia Central, Norte de África y Oriente Medio. Con una importante cantidad de combatientes procedentes de Chechenia y los Balcanes. Al Bagdadí rechazaba la disciplina de Al Qaeda y pedía a su filial en Siria, Al Nusra, que se uniera al ISIL.
EL ESTADO ISLAMICO (EI)
A partir de 2014 ISIL simplifica su nombre y se transforma simplemente en Estado Islámico (EI o IS o Daesh). En Siria combatían contra las fuerzas de Al Asad y contra los rebeldes opositores al régimen. Ese año, Raqqa (Siria) es la primera ciudad que reconoce al EI. En enero penetran en Iraq y toman Faluya y Mosúl. El ejército iraquí se colapsa ante el empuje del EI y por su propia desmoralización y corrupción (algunos soldados iraquíes no cobraban sus salarios porque se lo quedaban sus mandos). En junio de 2014, el EI proclamó el califato universal sobre el que reclamó plena soberanía. A finales de ese año, el EI controlaba un territorio, entre Siria e Iraq, similar a la extensión de Jordania.
El EI ha sido capaz de sembrar el terror a través de los modernos medios de comunicación que utiliza masivamente para desmoralizar a sus oponentes y transmitir orgullo de pertenencia a sus seguidores. Occidente, con el presidente norteamericano Obama a la cabeza, ha reaccionado construyendo una Coalición Militar, a la que se han incorporado algunos países árabes. Mientras, Turquía, miembro de la OTAN, permite a las fuerzas del EI cruzar sus fronteras para llegar hasta Irak de un modo más cómodo y seguro. Es la misma Turquía que aprovecha la guerra de Siria para atacar a los Kurdos y adquirir el petróleo que el EI vende en el mercado negro.
No hay pruebas de la eficacia de los bombardeos de la coalición, aunque si las hay de la efectividad del apoyo ruso a Al Asad. Desde que Moscú ordeno, en octubre de 2015 bombardear posiciones de opositores al régimen sirio, los avances del ejército de Damasco han sido significativos, del mismo modo que lo son los de los kurdos, apoyados por Estados Unidos, que no han cesado de recuperar territorio conquistado por el EI.
FACTORES QUE HAN FACILITADO EL SURGIMIENTO DEL ESTADO ISLÁMICO
EL EI ha crecido entre otras razones por: en primer lugar, los años de conflicto interno sectario en Irak; y después, por el fracaso de los gobiernos chiíes iraquíes después de la invasión de 2003, y la represión del régimen de Al Asad en Siria. El Estado Islámico se denominó originalmente Estado Islámico de Irak (Islamic State of Iraq, ISI) porque el país donde estaba establecido desde 2006, entonces era una filial de Al Qaeda formada por pequeños grupos suníes iraquíes. El ISI se infiltró entre los rebeldes sirios en el 2011. En abril de 2013 Abu Bakr Al Bagdadi anunció que el grupo lucharía tanto en Irak como en Siria y pasó a denominarse Estado Islámico de Irak y Levante (Islamic State of Iraq and the Levant, ISIL) lo que provocó el disgusto de Ayman al Zawahiri, responsable internacional de Al Qaeda, que deseaba que sólo actuara en Irak. A partir de entonces la filial siria de Bin Laden fue el grupo salafista Frente Al Nusra. El conflicto sirio se complicó todavía más porque estas facciones se enfrentaban entre sí.
El ISIL tuvo que buscar una identidad propia para distinguirse de su competencia fundamentalista. La opción fue la expandir el terror de una manera tan cruel que hasta fue criticado por la propia Al Qaeda. Ejecuciones sumarísimas, decapitaciones y otras prácticas como la de quemar vivos a su enemigos, fueron transmitidas a través de sus avanzadas producciones propagandísticas. Occidente, no ha sabido resolver el dilema libertad y responsabilidad, y los medios de las democracias han hecho el juego a los terroristas repitiendo incesantemente sus atrocidades, que es justo lo que ellos pretenden.
Después de la toma de Mosul en junio de 2014 adoptaron el nombre definitivo de Estado Islámico (EI o en inglés Islamic State, IE) declarándose califato y reclamando la soberanía en todo el Islam. También comenzó a extender el terrorismo fuera de Irak y Siria, así como a reclutar extranjeros para su causa. Al Qaeda quedaba cada vez más desplazada como organización central de islamismo más radical y violento.
Según informes de diversas agencias de inteligencia, se calcula que el número de extranjeros combatiendo en Siria a favor del EI desde 2011 es de más de 20.000, de los que unos 3.500 son europeos y norteamericanos. Precisamente estos últimos son una gran preocupación para los gobiernos occidentales ya que a su retorno podrían cometer atentados en sus respectivos países de origen.
No obstante, la mayoría de los combatientes reclutados por el EI son sirios o iraquíes, según los servicios de inteligencia norteamericanos (CIA) la cantidad de estos enrolados locales oscila entre 20.000 y 35.000 individuos, la mayoría de ellos procedentes de tribus locales suníes. El EI tiene fuerza principalmente en los territorios suníes. Su potencial disminuye cuando ataca zonas que no son de mayoría suní, tal como les ha sucedido al intentar penetrar en los territorios dominados por los kurdos en la región de Kobane.
EL GOBIERNO DEL CALIFATO
Pero en los territorios ocupados, aun siendo de mayoría suní, el EI tiene otros problemas. Aunque han sido capaces de gobernar aplicando estrictamente la sharia, y han adquirido capacidad de financiación a través de la venta de petróleo principalmente, no han tenido, sin embargo, tanto éxito en la gestión administrativa como estado debido a su falta de experiencia en estos menesteres, lo que ha provocado descontento en poblaciones como Mosul y Raqqa donde sufren continuos cortes de electricidad y colapso de otros servicios fundamentales para la comunidad.
Muchos suníes han preferido la mano dura del EI a la de sus antiguos dominadores, bien hayan sido chiíes, kurdos o baazistas, a quienes han asociado con años de injusticias y humillaciones. Por otra parte, algunos grupos islamistas suníes apoyados por las monarquías del Golfo o Turquía, así como la filial de Al Qaeda, Al Nusra, han sido incapaces de resistir el empuje del EI. Los suníes que no respaldan al EI tampoco confían en otros aliados que les puedan ayudar, ni tampoco en el gobierno iraquí. El EI, por el momento no tiene rival en el liderazgo de los movimientos suníes.
El EI se ha organizado como un estado con sus ministerios, tribunales y servicios sociales. Atrae a musulmanes marginados que viven en Occidente porque encuentran un ideal de vida y sobre todo una alternativa a la marginación. Atrae a los jóvenes musulmanes porque les da una razón de ser, una identidad. Hay que tener en cuenta que en los países musulmanes no hay ni democracia ni estado de derecho y que en los occidentales no se sienten integrados. El EI les da una oportunidad, incluso de morir como héroes pero, además, también paga a sus combatientes lo que es muy importante para millares de jóvenes desesperados por la falta de empleo y de proyecto de vida.
DIFERENCIAS DEL ESTADO ISLÁMICO CON AL QAEDA
El EI, proclamado el 29 de junio de 2014 por Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al Badri al Samarayi, alias “Abu Bakr al-Bagdadi” (el califa Ibrahim para sus seguidores), no es solamente un movimiento terrorista. En su ideología y comportamiento aparecen factores totalitarios y ultraderechistas, su financiación con actividades ilícitas o de contrabando, con ventas de petróleo y obras de arte en el mercado negro, junto con la extorsión y los impuestos revolucionarios, pertenecen al ámbito de las actividades mafiosas. El EI es una rebelión contra la historia colonial y la humillación en los conflictos más recientes en Oriente Medio en Israel, Afganistán, o Irak. Ofrece una salida real a la utopía, crean un estado y toman un territorio.
El EI constituye un nuevo reto antiterrorista con respecto a Al Qaeda, por lo tanto, hay que revisar las estrategias para combatirlo. Como aparece con los mismos objetivos a largo plazo que Al Qaeda se pensó que valdrían para atajarlo el mismo proceder que con esa organización. Sin embargo, hay diferencias ostensibles. Para empezar, el EI no es puramente una organización terrorista. Usa el terrorismo como táctica pero su finalidad, como está demostrando, es crear un estado real, con territorio, con recursos y administración propia.
Al Qaeda contaba con muy pocos miembros, no disponía de territorio y no se enfrentaba a ejércitos organizados en lucha abierta. El EI dispone de un numeroso ejército (entre 30 y 40 mil efectivos), conquista territorio, dispone de capacidades militares, de sistemas de comunicación, de infraestructuras de mando y control, y sobre todo de importantes recursos económicos. En resumen actúa como un seudoestado. Por tanto, para eliminarlo además degradar sus capacidades militares es necesario aislarlos política e ideológicamente mediante la inteligencia y la diplomacia.
Al Qaeda nace contra la invasión soviética de Afganistán y se forja durante diez años de lucha. En principio, tuvo el apoyo de agencias de inteligencia norteamericanas en sus inicios ya que se trataba de combatir al enemigo soviético. Del mismo modo, obtuvo financiación de países árabes, como Arabia Saudí y otras monarquías del golfo. Los jerarcas saudíes y sus vecinos del Golfo siempre han estado muy preocupados de la expansión de cualquier doctrina socialista que pudiera afectar a sus privilegios.
El Estado Islámico tiene su origen en la invasión de Irak en 2003. La visión de Al Qaeda era la de combatir al enemigo cercano, es decir, los musulmanes que habían abandonado el verdadero comino que marca la doctrina del Islam, y al enemigo lejano, que son los infieles occidentales responsables de las desdichas de los musulmanes por su explotación y por sus costumbres inmorales. En cambio, el EI nace con objetivo más específico: luchar contra los invasores norteamericanos y los chiíes iraquíes.
Al Qaeda constituía una insurgencia global con movilización contra comunidades seculares. El EI opera en un territorio (al modo militar), proclama un estado suní, con aplicación de la sharía y reconfiguración de las fronteras creadas por el colonialismo; tiene una autoridad política, religiosa y militar sobre todos los musulmanes personificada en Al Bagdadi (el califa Abrahaim).
Toda la inteligencia preparada en la lucha contra Al Qaeda se ha tenido que revisar. Casi tres cuartas partes de los líderes de esa organización se han eliminado recurriendo a los ataques con drones, ataques aéreos y fuerzas especiales, ambos medios se pueden usar sin ocasionar víctimas colaterales (o hacerlo en número reducido) en medios rurales o en las montañas. Pero el EI se ha instalado dentro de las poblaciones civiles, en las que utilizar los métodos anteriores pueden producir innumerables víctimas colaterales.
El OPERATIVO DEL ESTADO ISLÁMICO
En 2011, cuando comienza la rebelión contra el régimen de Al Asad, el embrión del EI aprovecha la situación de caos y establece en Siria su base de operaciones. Mientras tanto, en Irak capitaliza la debilidad del gobierno central y la retirada de las tropas norteamericanas para avanzar sobre ese territorio. Otro factor importante a tener en cuenta es la política sectaria del primer ministro iraquí, Nouri al-Malaki a favor de sus correligionarios chiíes y en contra de los suníes. Así, el EI encuentra un camino allanado en Irak el apoyo de las tribus suníes, los insurgentes anti norteamericanos y los militares del disuelto ejército de Sadam Hussein, todos unidos bajo la marca ISIS (como también se ha dicho, así se denominaba antes del 2014 al actual EI)
En 2014 conquistan en Irak los importantes feudos suníes de Faluya y Ramadi, entre otras causas por las deserciones masivas de miembros del ejército regular iraquí, mayoritariamente chií, que consideraban no estaban defendiendo su territorio y, por lo tanto, carecían de motivación alguna. A continuación, el EI comenzó el avance hacia Mosul, Tikrit y al-Qaim, importantes zonas estratégicas y ricas en petróleo.
En enero de 2014, cuando el ISIS cambia su denominación y pasa a llamarse simplemente Estado Islámico, al mismo tiempo que proclama el califato universal para todos los musulmanes. En esos momentos combaten en sus filas 15.000 extranjeros de 80 países diferentes, con un reclutamiento estimado de 1000 efectivos por mes.
LA FINANCIACIÓN DEL EI
Vigilar las fuentes de financiación de Al Qaeda y cortar su suministro ha sido eficaz pero con el EI han surgido nuevas fuentes de obtener recurso más difíciles de combatir. Aunque se sospecha que todavía reciben donaciones de grandes fortunas de países del golfo que sostienen y fomentan los movimientos salafistas más radicales, el EI tiene fuentes de financiación propias.
El EI ha diseñado un modelo de autofinanciación dentro de los territorios ocupados a través de: la venta de petróleo en el mercado negro (principalmente en Jordania y Turquía) que proporciona entre uno y tres millones de dólares diarios; el dinero de los bancos de las ciudades que, como Mosul, han sido capturadas; la venta de antigüedades, joyas, coches, maquinaria y hasta electrodomésticos confiscados en las zonas conquistadas; el control de los transportes a los que cobra impuestos de movimientos de bienes; el cobro de rescates de secuestros; el producto de las cosechas de trigo y algodón en la parte noroeste de Siria considerada el granero de este país; los impuestos a los granjeros de las áreas bajo su control; y los impuestos a empresas de agua, electricidad y telefonía.
LA PROPAGANDA DEL EI
Al Qaeda perdía apoyo popular desde el 2007. La organización de Bin Laden atraía a sus seguidores con el altruismo religioso, la piedad, el ascetismo guerrero, la vida sencilla en cuevas o campos de entrenamiento, con una vida austera en la que no estaba permitido el alcohol ni el sexo fuera del matrimonio. Pero el EI cambia esa mentalidad para producir un impacto mucho mayor en el reclutamiento. En cierta medida, para su banderín de enganche toma mucha de la parafernalia gloriosa y de integración que ya usan algunos grupos marginales en Occidente.
Para ello proclaman el califato que les proporciona una referencia y autoridad religiosa. Usan sin restricciones la brutalidad como arma para intimidar a sus enemigos y eliminar a los disidentes, al mismo tiempo les sirve para aumentar el aura de fortaleza. EL EI lanza un mensaje de aventura para hombres y mujeres. Un sitio donde lograr poder personal, sentido de sí mismo y de la comunidad. El EI opera en las ciudades donde pueden intimidar y atraer al mismo tiempo a un mayor número de personas con mayor repercusión mediática y, por tanto, propagandística.
El enrolamiento es inmediato, sin demasiadas pruebas de acceso. Los hombres pueden disfrutar de compañía sexual y están bien pagados y pertenecen a un califato inmediato y no utópico como predicaba Bin Laden. En resumen, se puede decir que miembros del EI disfrutan de la gratificación primitiva: poder, sexo, dinero, sentido de pertenencia y gloria inmediata, además de promesas del paraíso.
CONCLUSIONES
Las opciones para combatir al EI en Siria e Irak pasan por la vía política y militar. La diplomacia para buscar aliados, principalmente entre las tribus suníes y debilitar sus fuentes de financiación. Pero lo más importante es su aislamiento ideológico, para lo que cometer errores como el rechazo al musulmán, la no aceptación de los refugiados, los bombardeos con efectos colaterales y atrocidades cometidas por grupos opuestos, proporcionan un buen argumento para la anti propaganda del EI. A todo ello hay que añadir un gran plan de desarrollo económico para la zona que incremente el bienestar de sus habitantes y reduzca las desigualdades sociales.
Mientras no se consiga unos niveles de desarrollo humano adecuados en la región, como en otras del planeta, serán campo abonado para el surgimiento de extremismos violentos. El califato universal que pretende El estado Islámico, no es sino la manera de extender su influencia entre los musulmanes del mundo entero.
Cuentan con un gran aliado: el descontento de muchas poblaciones que viven en la opresión, marginación 0 la miseria.
Javier Jiménez Olmos
7 de febrero de 2016
Acabo de entrar en la «Asociación Española de militares escritores». ¡No estás en la lista de autores!. En la última Feria del Libro de Madrid, pregunté, en la caseta del CESID, por un libro tuyo y me dijeron que sin duda no publicabas con ellos.
Tus escritos son tan interesantes, tan sólidos, (también, desde luego los que no se refieren a temas puramente políticos), que merecen ser divulgados. Deben ser divulgados más allá de tu Blog.