La complejidad de los conflictos armados acarrea que las soluciones para la paz sean dificultosas. Quizás sería más eficaz el uso de la diplomacia antes de que el conflicto derive en guerra abierta. En el caso de Ucrania, es posible que se hubiera evitado la invasión del Donbás por las tropas rusas y la guerra posterior, si se hubieran tratado con mayor atención algunos de los contenciosos existentes entre las dos partes enfrentadas. ¿Se podría haber evitado la invasión? ¿Había soluciones para el conflicto de Ucrania?
Pero la guerra ya está en marcha, y ahora de lo que se trata es de pararla cuanto antes.
Se ha llegado a un punto donde las previsiones, desde la perspectiva militar, parecen indicar que se camina hacia una guerra de larga duración. A ofensivas de uno de los bandos seguirán contraofensivas del otro. Cuanto más se tarde en iniciar procesos de paz mayor será la catástrofe humanitaria y medio ambiental.
Llegará un momento en el tiempo, en el que los dos bandos tengan agotados sus recursos militares y humanos, cuando las poblaciones ya no puedan soportar más sufrimiento. El apoyo occidental a Ucrania tendrá su límite, porque será difícil justificar incrementos de ayuda militar a costa de subidas de los presupuestos militares, máxime cuando las demandas sociales van mucho más por el bienestar que por la carrera de armamentos.
Por su parte, Rusia también sufrirá la presión social, aún a pesar del sistema autoritario de sus dirigentes. La llamada a filas de reservistas para cubrir las innumerables bajas constituirá un frente interior complicado de superar. Las protestas de los individuos y familias de los reclutados serán la cabeza de esas protestas contra una guerra cada vez será más impopular. Contra este fenómeno contrario a la guerra no sirven tampoco los métodos dictatoriales, fue el caso de Afganistán para el régimen soviético y una de las causas de su colapso.
Esta guerra de Ucrania, tiene además unas implicaciones internacionales como consecuencia de actores tan importantes como Estados Unidos, la OTAN, la Unión Europea y, no lo olvidemos, China. Todo ello agravado por la posesión de los mayores arsenales atómicos en manos norteamericanas y rusas
No es descartable que Rusia acorralada y condenada al fracaso militar opte por el empleo del arma nuclear. Entonces todo estaría acabado, ya no habría solución.
De ahí la insistencia en buscar soluciones de paz, de emplear los mayores esfuerzos para encontrar un camino de diálogo y acuerdo. Nadie, seguramente, quedará satisfecho con lo acordado, pero por la paz merece la pena intentarlo. Hablar solamente en términos de victoria militar acarreará mayor sufrimiento.
Estamos inmersos, además, en una tremenda campaña propagandística por ambos bandos, una continua acusación de culpabilidad de los unos contra los otros. Para la solución del conflicto no hay que entrar en ese debate, es necesario avanzar en propuestas para la paz.
En febrero de este año 2023, China presentó un plan de paz que no ha sido suficientemente discutido, pero que pudo ser un buen punto de partida para negociar la paz en Ucrania. Puede que sea insuficiente y discutible en alguno de sus puntos, pero mientras que Occidente, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea opten solamente por la vía de la ayuda militar a Ucrania el conflicto se prolongará durante muchos años. Pensar que Rusia se va a retirar de los territorios ocupados por la vía de derrota militar es improbable. La derrota rusa le haría mucho más peligrosa y desestabilizadora a nivel internacional.
Acontecimientos tan desastrosos como la rotura de la presa de Nova Kajovka nos lleva a pensar que, alguno o los dos contendientes, están dispuestos a utilizar todas las armas que tengan para vencer sin importarles las consecuencias humanitarias y medioambientales que produzcan.
No sabemos quiénes han sido los autores de tamaña vileza, ni a quién beneficia mayormente, ni tan siquiera que haya sido un colapso debido a anteriores bombardeos, o si se trata de elementos incontrolados de alguno de los bandos. Todo está por determinar, si es que se llega a realizar una investigación imparcial. Lo que sí es un hecho es que la guerra produce estas catástrofes y por eso, cuanto ante finalice mejor para todos.
No sabemos tampoco, aunque se puede intuir, quiénes se benefician de esta guerra y, por tanto, tienen interés en que prosiga. Quizás algún día lo sepamos, aunque saldrán impunes como casi siempre. Tal vez sean los mismos que intentan desprestigiar a todos aquellos que dedicamos nuestros esfuerzos para conseguir una paz justa y duradera. No desistiremos y, por eso nos atrevemos a concretar algunas propuestas.
- Inmediato alto el fuego
- Retirada rusa de los territorios ocupados en el Donbás
- Acuerdo de no ampliación de organizaciones de seguridad como la OTAN
- Desmilitarización del Donbás y firma de un tratado ruso-ucraniano de no agresión
- Acuerdo de seguridad para garantizar la salida al mar Negro del comercio ruso
- Crear una fuerza ONU de la desmilitarización del Donbás y, al mismo tiempo, interposición de los contendientes
- Fijar un calendario para la reconstrucción de las zonas afectadas por la guerra
- Considerar tanto Ucrania como Rusia socios prioritarios de la UE, lo que implica el fin de los embargos
- Garantía de respeto a las poblaciones ruso parlantes en el Donbás por parte del gobierno ucraniano y estudiar la autonomía, dependiente de Kiev, de esta región
- Convocatoria de un referéndum, supervisado por Naciones Unidas en Crimea para refrendar o en su caso anular la adhesión a Rusia
Un decálogo discutible y mejorable, en el que hay que trabajar en los matices y detalles, para tratar que nadie se sienta ganador y perdedor, para que se respeten los derechos humanos y la vida de las personas y el medio ambiente en el que habitan.
Javier Jiménez Olmos
8 de junio de 2023
En nuestra labor por la paz el Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza participa en estas actividades.


Todavía recuerdo que a los pocos días de iniciarse la guerra ambos contendientes se sentaron a la mesa de negociación. Primero en Bielorrusia, después en Estambul. Parecía que se podía detener el conflicto pero, más allá de las versiones oficiales sobre la interrupción de aquellas negociaciones , algo pasó para que el diálogo cesara y prosiguiera la guerra iniciada pocos días antes. Algún día conoceremos cual fue el verdadero motivo de no seguir negociando , sobre todo cuando una de las partes , Ucrania, era – es – mucho más débil que la otra, Rusia. Dicho esto pienso que una guerra larga es más soportable para Rusia que para Ucrania. Por muchas razones que serían muy largas de enumerar. Lo prioritario y urgente es lograr un alto el fuego, un cese de hostilidades que pare esta espiral de muerte y destrucción. Las diez propuestas mencionadas en el artículo son absolutamente acertadas y procedentes. Me temo, no obstante, que los poderosos intereses implicados en esta guerra están más por su prolongación que por su final a corto plazo. Desgraciadamente.