A menudo se destaca la pequeña delincuencia pero no a las organizaciones criminales. Según las Naciones Unidas las rentas anuales de las organizaciones criminales ascienden a casi un billón de dólares (870.000 millones), lo que equivale al PIB de todos los países de renta baja en el mundo (unos 3.000 millones de personas) y seis veces más que las inversiones mundiales para ayuda al desarrollo. Todo ello sin contar el dinero que mueven legítimamente en la construcción, el ocio, los medios de comunicación, los servicios financieros y públicos, la industria y la agricultura.
La libre circulación de capitales favorece la criminalidad organizada. La actividad criminal deposita dinero en los bancos que a su vez lo emplean en préstamos e inversiones, adquieren deuda pública, con lo que se convierten en acreedores de los Estados, e invierten en Bolsa con lo que fomentan la especulación. Los paraísos fiscales trabajan en el mercado financiero con total impunidad y son principales receptores del dinero generado ilícitamente.
Detrás de las injusticias y las desigualdades también se encuentra la lacra del crimen organizado. Las bandas criminales hallan en los marginados, los ilegales y los ambiciosos sin escrúpulos la mano de obra que necesitan para llevar a cabo sus actividades delictivas. Las mafias del tráfico de seres humanos, de la prostitución, de las drogas y de la venta ilegal de armas se aprovechan de las situaciones desesperadas a las que ya se han aludido.
La ONU en la Convención sobre la Delincuencia Organizada Transnacional, define “grupo delictivo organizado” como “un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves con el objeto de obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material”.El crimen organizado tiene por objetivo prioritario el enriquecimiento ilegal de aquellos que pertenecen a la organización criminal. Sus campos de actuación preferentes son:
- tradicionales: juego ilegal, prostitución, usura y protección privada
- actuales: tráfico de armas y drogas, falsificación de dinero, contrabando (principalmente alcohol, tabaco y joyas), tráfico de seres humanos (para la explotación sexual, la explotación laboral o la extirpación de órganos) y las estafas a través de internet, entre otros.
El blanqueo del dinero obtenido por esos métodos ilegales se hace a través de empresas legales, que consiente el actual sistema económico-financiero, usando para ello sofisticados mecanismos de ingeniería financiera y recurriendo sin ningún escrúpulo a la corrupción e incluso la violencia.
El crimen organizado opera con mayor impunidad en aquellos Estados donde su estructura favorece mejor las actividades criminales, generalmente cuando son gobernados por dictadores o élites pertenecientes a un partido único o predominante, aunque tampoco se libran de esta lacra los Estados democráticos más desarrollados. No obstante, los criminales pueden establecer mejores alianzas en aquellos Estados cuyo nivel de control democrático es bajo. Así, no es difícil encontrar lazos entre autoridades y criminales, o incluso que algunos de los patrocinados por los grupos criminales accedan a cargos de responsabilidad.
Ya no se trata del crimen organizado a nivel familiar, consiste en “grandes empresas transnacionales del crimen” con unos niveles de corrupción que pueden afectar a Estados o incluso organizaciones internacionales. Sus conexiones con la venta ilegal de armas es un hecho que se evidencia en cada conflicto. Estos grupos arman a terroristas, guerrilleros, insurgentes y hasta Estados. Lo hacen a través de intermediaciones complejas para evitar los controles de seguridad o los embargos internacionales.
También son firmes defensores de sistemas dictatoriales donde pueden actuar más impunemente; son enemigos de la democracia cuando ello significa control de sus actividades ilegales. Por eso, las democracias desarrolladas deberían de exigir un control más detallado de los movimientos financieros y de la supresión de los paraísos fiscales. Del mismo modo, sería exigible el control de las empresas transnacionales con centros productivos en determinados Estados donde las personas trabajan en condiciones de esclavitud o explotación, por si existiera conexión entre crimen organizado, y poderes económicos y políticos.
El debate sobre si algunas privatizaciones han servido para el blanqueo de dinero procedente de actividades ilegales no está cerrado, sobre todo en algunos países donde esa práctica privatizadora ha beneficiado a determinados grupos cuyas actividades no están muy claras desde el punto de vista moral y legal.
El crimen organizado afecta a la seguridad de los Estados y a la internacional porque su actividad se extiende a sectores económico-estratégicos, a grandes instituciones comerciales, a las empresas y a los bancos, además de a la industria militar directamente relacionada con la seguridad y la defensa como es la espacial y nuclear.
El crimen organizado produce más víctimas que el terrorismo (según el Índice Global de Terrorismo 2014, en el mundo mueren al año 40 veces más personas por homicidios que por ataques terroristas), aunque no es tan mediático, entre otras razones porque los criminales a diferencia de los terroristas prefieren que sus actividades no sean publicitadas, por mucho que como estos también usen la violencia y la clandestinidad para sus acciones.
Javier Jiménez Olmos
8 de mayo de 2015
Muy interesante Javier. Coincido contigo en todo. Yo también me siento muy preocupado por el crimen organizado, sobre todo en situaciones, como en México, donde llega a penetrarlo todo.
Para mi hay un aspecto además muy dramático, que no llegas a tratar, y es cuando esa sociedad criminal organizada consigue crear en torno suyo un cierto consenso social, que es ya pura putrefacción. Como yo mismo escribí en cierta no hace mucho:
«En las zonas base de los cárteles de la droga en lugares como México o Colombia el dinero entrante dinamiza la economía del lugar, de tal modo que incluso se genera un cierto consenso social sobre el mismo y consolida una situación que crece en poder e influencia, convirtiendo una actividad ilegal en un hecho asumido como normal. Las organizaciones criminales llegan a monopolizar el uso de la violencia, suplantando en esta faceta al estado y aplicando su propio código, donde el soborno, la extorsión, el chantaje, el secuestro o el asesinato son parte del mismo, amén de la corrupción en todas sus formas. Los poderes democráticos locales y sus fuerzas de seguridad se ven indefensos ante este desafío, que como decimos llega a contar además con la aquiescencia de una parte significativa de la sociedad, y son incapaces de hacer frente a una amenaza para la que necesitarían un heroísmo poco común o por el contrario llegan a transformarse en complacientes asistentes del crimen organizado cuando no en sus alter ego en las esferas del poder formal, no respondiendo ya ante los ciudadanos sino ante los líderes de organizaciones criminales, lo que representa la máxima corrupción del sistema, de tal modo que el propio estado, o partes del mismo, se convierte en criminal, en una suerte de criminalidad institucionalizada.»
Conviene sin duda tratar estos temas. Es una gran amenaza que la globalización también facilita.
Detrás del crimen organizado no suelen estar los pobres desarrapados sino gente de elevada posición social, con traje y corbata. Eso si ,se sirven de sociedades o de gente necesitada para no mancharse las manos ni enterarse de que, a causa de sus actuaciones en la sombra ,se produce mucha miseria, pobreza , inseguridad etc. Sangre y vidas rotas que ellos nunca verán .Ni siquiera se sentirán responsables porque son «gente respetable».
A los gobiernos, a los bancos, a los poderosos les interesa que nada cambie .Mientras millones de personas mueren de hambre y enfermedad ellos colocan ingentes cantidades de dinero en los llamados paraísos fiscales , o blanquean dinero procedente del narcotráfico, de la venta de armas , de la esclavitud y trafico de personas. Y nadie hace nada porque los que podían hacer algo ,forman parte de ese terrible entramado. Eso si, son gente «respetable». Que injusticia! Y que impotencia!
Claro!!! En mi larga vida he conocido de muy cerca víctimas del crimen organizado: de la trata de blancas en Périgueux en 1972. Conseguimos un cierre ¿por cuanto tiempo? // Del hundimiento de barcos para cobrar un seguro en Toulouse en los años 80 (conocí a un especialista, ingeniero aeronáutico, salido de la cárcel en condicional, por eso le conocí, de nacionalidad egipcia. De una red de prostitución de chicos menores (no pongo más detalles que puedo dar de palabra pero no por escrito). y etc. etc. SI. y es el horror…el horror!! .
Rogelio, Toñi, Isabel, muchas gracias por vuestras aportaciones y comentarios.
Publicado en el face. Me parece muy interesante, y siempre que escucho sobre este tema me sorprendo. No hace mucho, a un famoso escritor italiano que vive escondido en NY («Gomorra» Saviano, R.), le oí decir que lo de España y el tráfico de drogas es algo que todo el mundo sabe… menos los españoles (y se reía de nuestra «candidez»). Somos el centro de entrada y distribución de drogas a toda Europa, y no pasa nada. No somos noticia, eso lo dejamos para que los periódicos (manipuladores siempre, pues sus dueños -siempre ricos- tienen claro de qué quieren que nos preocupemos) se pasen el día metiéndonos miedo con los yihadistas y demás gente muy-mala.